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- En un Guerrero incendiado por protestas de Ayotzinapa, la historia resuena diferente bajo la batuta política de AMLO
Guerrero está otra vez en llamas, literal y políticamente arden los edificios públicos del Gobierno del Estado. La causa es, hoy como entonces, los aguerridos estudiantes de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos, mejor conocida como Ayotzinapa.
Sin embargo, la diferencia política entre septiembre de 2014 y marzo de 2024, es abismal. Hace 10 años Enrique Peña Nieto no tenía la legitimidad, el respaldo, ni el cariño de los guerrerenses ni de los mexicanos para aminorar el golpe mediático, con alcances internacionales, que significó la desaparición de 43 estudiantes de la combativa escuela, de donde egresaron los guerrilleros Lucio Cabañas y Genaro Vázquez.
Hace 10 años, el partido en el poder presidencial era un revivido y corrupto PRI y Guerrero era gobernado por un PRD en franca descomposición.
Hoy no es así, hoy el presidente de México Andrés Manuel López Obrador es del mismo partido que la Gobernadora Evelyn Salgado Pineda y las dimensiones del daño en nada se comparan con el masacre y tragedia ocurrida en las dos noches más oscuras de Iguala y aunque es duro decirlo: el saldo del ataque de policías estatales a los alumnos de Ayotzinapa, ocurrido el pasado 8 de marzo, es menor, pues solo hubo una muerte que lamentar.
Muchos, principalmente los de la oposición ya están pidiendo la renuncia de la Fiscal del Estado de Guerrero, la de los secretarios de Seguridad Pública y de Gobierno y hasta de la gobernadora que, sobra decirlo, cuenta y ha contado siempre desde su asunción como gobernadora con la protección de Andrés Manuel López Obrador hasta todas las crisis que ha tenido en sus casi tres años al frente del estado de Guerrero.
Baste recordar el apoyo que le otorgó el presidente cuando, en julio de 2023, transportistas y vecinos de diferentes localidades paralizaron Chilpancingo, quitaron una tanqueta a la Guardia Nacional y la estamparon en contra una de las puertas del Palacio de Gobierno, ya que fue el presidente quien primero fijó una posición al respecto.
En el desastre y la devastación de Acapulco causada por el huracán Otis, quien se puso al frente y diseñó la estrategia de reconstrucción fue Andrés Manuel López Obrador, acompañado de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda y la presidenta de Acapulco, Abelina López Rodríguez.
Por lo que, no es de extrañar que en esta ocasión, ante la crisis más dura que ha tenido la joven gobernadora de Guerrero, sea el presidente de México quien esté dando la cara y las declaraciones desde el Palacio Nacional en su tradicional mañanera.
Sin duda, Andrés Manuel tiene la batuta política de Guerrero, así que, aquellos que ya “cuecen habas” para que renuncie la gobernadora o los secretarios de Gobierno y de Seguridad, (que por cierto, fue propuesta de Andrés Manuel López Obrador) tal vez no se les cumpla su sueño y se les queme el arroz…al menos que ya tengan toda la película completa de cuándo, cómo y dónde terminará esta provocación en plena campaña electoral. Ya veremos si se calman los ánimos o el 8 de marzo es el iceberg de otra severa crisis política de Guerrero.
