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Rubén Oseguera González, alias El Menchito, fue sentenciado a cadena perpetua por un tribunal federal en Washington, D.C., tras ser declarado culpable de tráfico de drogas, posesión ilegal de armas y otros delitos relacionados con su liderazgo en el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). El hijo de Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, líder del CJNG, enfrentó cargos por conspiración para distribuir cocaína y metanfetamina, así como por lavado de dinero.
La jueza Beryl A. Howell, del Distrito de Columbia, dictó la sentencia este viernes, luego de un juicio que duró varias semanas. Además de la cadena perpetua, Oseguera González fue multado con más de 6 mil millones de dólares por los crímenes cometidos. Las autoridades estadounidenses lo describieron como un narcotraficante "extremadamente violento" y uno de los principales operadores del CJNG, responsable de supervisar el tráfico de drogas hacia Estados Unidos y ordenar asesinatos y secuestros.
Oseguera González, de 35 años, fue acusado de liderar operaciones internacionales de tráfico de drogas, gestionar el flujo financiero del cártel y coordinar grupos de sicarios para expandir el control territorial del CJNG. Según la fiscalía, su objetivo era convertir al CJNG en un "imperio criminal", inundando Estados Unidos con drogas como fentanilo, cocaína y metanfetamina.
El juicio incluyó testimonios de exmiembros del CJNG, quienes detallaron su participación en asesinatos, torturas y el derribo de un helicóptero militar en Jalisco en 2015, durante un operativo en su contra.
Oseguera González, nacido en San Francisco, California, pero con nacionalidad mexicana, fue detenido por primera vez en 2014 en Jalisco. A pesar de múltiples arrestos y liberaciones en México, fue extraditado a Estados Unidos en febrero de 2020 para enfrentar cargos federales. Durante su juicio, su defensa argumentó que fue forzado a integrarse al CJNG desde joven y solicitó una sentencia mínima de 40 años, lo que le permitiría aspirar a la libertad condicional antes de los 75 años. Sin embargo, la jueza Howell determinó que la gravedad de sus crímenes justificaba la cadena perpetua.