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La activista indígena amuzga Kenia Inés Hernández Montalván, presa desde octubre de 2020, inició una huelga de hambre en el penal femenil de Nezahualcóyotl, Estado de México, luego de que le fuera negada la solicitud para asistir al funeral de su madre, Inés Montalván, fallecida la madrugada del 7 de septiembre en Xochistlahuaca, Guerrero.
El abogado de la defensora, Antonio Lara Duque, informó que la petición se hizo con base en la Ley Nacional de Ejecución Penal, la cual prevé permisos extraordinarios por razones humanitarias, sin embargo, la respuesta de las autoridades judiciales fue negativa. La señora Inés estaba a cargo de los dos hijos de Hernández, de 8 y 12 años.
Kenia Hernández fue detenida el 18 de octubre de 2020 en la caseta de Amozoc, Puebla, acusada de ataques a las vías generales de comunicación. Desde entonces, diversos colectivos y organizaciones de derechos humanos han exigido su liberación, al considerar injusto el proceso en su contra.
Tras conocer el fallecimiento de su madre, la activista decidió mantenerse fuera de su celda como forma de protesta y declaró el inicio de una huelga de hambre. En solidaridad, al menos dos internas se sumaron a la protesta, y se prevé que más privadas de la libertad se unan en los próximos días.
En un mensaje escrito desde el penal, Hernández expresó: “Hubo compañeras de prisión que se sumaron a la huelga de hambre. Tampoco fue suficiente porque tenemos un sistema de poder judicial en el Estado de México al que no le importan las razones humanitarias, al que no le importa lo que pase, lo que viví, lo que siento”.
La activista reiteró que su protesta busca evidenciar la negativa a ejercer un derecho humanitario y subrayó que mantendrá su postura pese al impacto emocional y físico de la pérdida de su madre. Colectivos de derechos humanos han reiterado su exigencia para que se garantice su derecho a despedirse de su familiar.