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Acapulco.- Dicen que, como un balde de agua fría le cayó a Manuel Añorve Baños, la designación del empresario pollero Carlos Granda como candidato a la presidencia de Acapulco, por la Coalición Fuerza y Corazón por México, conformada por los partidos PRI, PRD y PAN, desplazando con ello, la imposición que tenía planeado hacer para que, su esposa Julieta Fernández Márquez fuese ungida candidata por la coalición.
Semanas antes del nombramiento oficial de Carlos Granda, Alejandro Moreno Cárdenas Alito, dirigente nacional del PRI, -quien dio un albazo para alargar su mandato de manera ilegal-, había visitado Acapulco, en donde los vítores a favor de la diputada local Julieta Fernández de Añorve (como guste que le llamen) no dejaron de escucharse.
En esa reunión con las estructuras, ocurrida el 4 de marzo en el Hotel Emporio, los priistas estuvieron más que eufóricos y una de las más aplaudidas fue la diputada local Julieta, quien era solicitada por Pilar Vadillo, ser la candidata a la presidencia de Acapulco “vamos a ganar, vamos a ganar” gritaron, mientras Julieta lucía feliz, feliz, feliz.
Por eso, cuando el 30 de marzo se anunció de manera oficial que Carlos Granda sería el candidato de la Coalición Fuerza y Corazón por México, en una desangelada conferencia de prensa, donde todos lucieron caras largas, no estuvieron presentes ni Manuel Añorve Baños ni Julieta Fernández Márquez en su lugar asistieron Sofío Ramírez y Pilar Vadillo, quienes no pudieron esbozar una mínima sonrisa.
Esta imagen de la derrota fue solo la primera que se les vio, ya que el mismo Manuel Añorve Baños luce agotado o acabado en sus entrevistas y en sus promocionales que ha hecho para reelegirse como senador.
En una cápsula tomada intencionalmente en un callejón deplorable del Acapulco popular, dando a entender que así se encuentra el puerto, contrariamente a lo esperado, las ruinas que pretende denunciar, se proyectan sobre su persona, sobre su voz cansada y su rostro agotado, repitiendo las palabras como si de un muñeco se tratara. Luce agotado y derrotado.
Y en las entrevistas concedidas a los medios de comunicación es lo mismo, no logra ocultar su molestia, su desencanto o su desconfianza de que, es militante de un partido que se cae a pedazos, de una colación con el PRD que en las últimas elecciones apenas obtuvo un 3% de votaciones y de una candidata presidencial panista que simplemente no logra conectar con la gente.
Otra imagen de la derrota anticipada, fue la reciente visita que hizo Xóchitl Gálvez el pasado 21 de abril en la colonia Emiliano Zapata. Ahí estaban los líderes priistas y perredistas, desangelados ante una escasa asistencia, sus rostros delataron una derrota anticipada, ya que no son capaces de trasmitir entusiasmo ni alegría, ni seguridad de triunfo en Acapulco ni en el país.
Ante este panorama emocional, es que la coalición hace campaña en Acapulco, prácticamente solos, pues del PRI ya nada queda, sus dirigentes importantes se fueron al MC y a Morena y el espacio que Manuel Añorve sentía seguro de lograr, es decir: quedarse con la primera minoría logrando el segundo lugar en las fórmulas para el Senado, ya no lo tiene tan seguro, pues todo parece indicar que será Mario Moreno el que ocupe su lugar.
¿Qué queda del PRI y de Manuel Añorve Baños? ¿Cómo hará la colación para trasmitir un poquito de alegría y entusiasmo en su campaña, si los acapulqueños dejaron de creer en el PRI y el PRD? y como dice Erika Lührs, vocera del MC, un 63% en el país jamás votaría por el PRI.
Al parecer del PRI en Acapulco ya nada queda, sino un agotado Manuel Añorve Baños y su familia acotada.