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Claudia Sheinbaum: ¿qué es ético en Morena?; la desmemoria y la presunción de inocencia

La expresión de Sheinbaum contra la garantía constitucional de la presunción de inocencia, es muy preocupante.

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México.- Violar la Constitución ha sido práctica permanente de Morena, su presidente, sus gobernadores y sus candidatos;  el día de ayer,  la candidata presidencial de ese partido, Claudia Sheinbaum denigró la condición de inocente “mientras no se demuestre lo contrario”, del aspirante al Senado de la República por el PAN, Ricardo Anaya.

Sheinbaum se preguntó y ella misma se respondió, sobre si es ético que alguien que no reside en el país pueda aspirar a un puesto popular y además porque tiene denuncias. Ella misma se respondió: «No, el tema es que tiene denuncias y está prófugo de la justicia es el mismo caso de Cabeza de Vaca».

El “tener denuncias”, en ningún momento convierte a nadie en culpable, ni le inhabilita en sus derechos.  Incluso, con la retrógrada reforma del 2023 que se le hizo al artículo 38 de la Constitución, donde se lee que se pierden derechos: “Por estar prófugo de la justicia, desde que se dicte la orden de aprehensión hasta que prescriba”. Una reforma que es contraria a la presunción de inocencia que protege el artículo 20, fracción B, inciso I; incluso con ese agregado, Ricardo Anaya no tiene afectados sus derechos, pues no cuenta con ninguna orden de aprehensión, por lo tanto no está prófugo como falsa y calumniosamente afirma la candidata morenista.

La expresión de Sheinbaum contra la garantía constitucional de la presunción de inocencia, es muy preocupante. Ya vimos cómo en el sexenio de López Obrador esta garantía fue violada constantemente. Incluso la Corte Interamericana tuvo que emitir recomendación al gobierno mexicano porque se niega a dejar de aplicar la prisión preventiva oficiosa que es un adelantamiento ilegal de la pena corporal contra los acusados, a los que aún no se les demuestra ninguna culpabilidad, ni se les dicta sentencia por algún juez.

Hay un precedente inmediato del que debería haberse percatado el equipo de asesores de Sheinbaum antes de aconsejarla atacar a Anaya. Apenas ayer se publicó que el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Séptimo Circuito, al atender un recurso de revisión, amplió y ordenó al gobernador de Veracruz, el patán de Cuitláhuac García Jiménez, del partido Morena, y a su Coordinación General de Comunicación Social, eliminar o bajar toda referencia a un detenido, al que acusa de ser un narcotraficante, cuando el sujeto no enfrenta ninguna denuncia o juicio relacionado con delincuencia organizada.

El fallo es trascendente en el cumplimiento de la garantía constitucional de la presunción de inocencia, pues se da incluso con la persona detenida y sujeta a proceso. La acusación o señalamiento que se le hace no ha sido demostrada con pruebas, ni mucho menos un juez se ha pronunciado sobre el caso en forma negativa. De ahí que el magistrado haya decidido que la Constitución protege al inculpado, en armonía con el artículo primero constitucional que, obliga a todos a proteger los derechos humanos. La presunción de inocencia es un derecho humano.

Prejuzgar con base a calumnias es lo común en los ataques políticos. Por eso resulta peculiar la manera en que Sheinbaum protege al exministro Arturo Saldívar, quien también tiene una denuncia en su contra y se le investiga. Sin embargo, la hipocresía y el doble rasero con que la candidata morenista aborda estos temas, dibujan una línea siniestra que perfila el tipo de gobierno que promete.

«Yo no veo razón para que el ministerio (en retiro) Zaldívar no siga participando, (en su campaña) lo que tenemos que discutir de fondo son las atribuciones que se está tomando está Corte ahora sí que fuera de toda norma», dijo en conferencia de prensa sobre el juicio político que va a emprender Zaldívar contra la presidenta de la SCNJ, Norma Piña.

Arturo Zaldívar fue acusado de varias sinvergüenzadas, junto con sus colaboradores, por medio de una denuncia anónima. El exministro anunció una serie de acciones contra la presidenta de la Suprema Corte porque no lo protegió como él esperaba; entre ellas un juicio político por las investigaciones en su contra emprendidas en el máximo tribunal del país.

Entonces para Sheinbaum, en el caso del exministro amigo, sí hay presunción de inocencia, e incluso hay un linchamiento mediático y una estigmatización en su contra, como dijo López Obrador; pero para el odiado Anaya, solo hay presunción de culpabilidad, incluso, se le agrega un poco más de culpa, pues la candidata presidencial lo calumnia al señalar que está prófugo y lo da por culpable de manera anticipada, tan es así que pide le quiten sus derechos políticos sin haber sido juzgado por un tribunal de enjuiciamiento.

Cuando Claudia Sheinbaum reparte culpas, se le olvida que se tomó fotos y recibe la ayuda del senador Félix Salgado Macedonio, quien busca su reelección en Guerrero. Un senador de Morena también acusado de presunta violación y al que se le abrió una carpeta de investigación que la Fiscalía estatal ha ocultado.

Hasta donde se sabe, Félix nunca se ha presentado ante la autoridad a dar la cara por esta acusación para que, en caso de ser inocente, quede completamente libre de toda duda. El delito de violación se sigue de oficio y una investigación de esa naturaleza no puede ser suspendida ni cerrada, sin sentencia de un juez. Félix está en el mismo supuesto de Saldívar, son acusados pero no por eso culpables. La culpabilidad la debe demostrar el Ministerio Público y un juez debe validarla o no. Sin embargo, la pregunta que hizo Claudia Sheinbaum es pertinente: ¿es ético? ¿Pero qué es ético en Morena?

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