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La detención de Hernán Bermúdez Requena en Paraguay, exsecretario de Seguridad de Tabasco, ha sacudido los cimientos de la política mexicana, exponiendo la supuesta complicidad entre el poder y el crimen organizado.
El gobierno paraguayo, en un video de apenas 30 segundos, mostró el momento exacto de la captura del "Comandante H", en un despliegue de fuerzas especiales que derribaron la puerta de su lujosa residencia con alberca, un claro indicio de los frutos de su actividad delictiva.
El exfuncionario, señalado como el líder del grupo criminal “La Barredora”, una célula ligada al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), se encontraba prófugo desde febrero, cuando una orden de aprehensión fue girada en su contra por asociación delictuosa, extorsión y secuestro exprés. En el operativo, coordinado con agencias mexicanas como el CNI, la SEDENA y la Marina, se le incautaron joyas, fajos de billetes y una camioneta de lujo.
Adán Augusto, entre la defensa y el pasado
La captura de Bermúdez ha puesto en una posición incómoda a Adán Augusto López Hernández, quien fue gobernador de Tabasco cuando "El Abuelo" ocupaba el cargo de secretario de Seguridad. En un intento por desmarcarse, el senador morenista ha reiterado su disposición para comparecer ante las autoridades y, en un comunicado, aseguró que fue él mismo quien solicitó investigar a su excolaborador.
Sin embargo, esta postura choca con sus declaraciones de 2022, cuando rechazó y calificó de "chismes" los informes de inteligencia militar que ya vinculaban a Bermúdez con el crimen organizado. Este repentino cambio de narrativa, sumado a las investigaciones que señalan sus propios vínculos con un empresario dedicado al huachicol, lo han puesto en el ojo del huracán.
Mientras la extradición de Bermúdez se tramita —un proceso que podría durar hasta 60 días—, la atención se centra en lo que podría revelar el exsecretario sobre la presunta red de corrupción que operaba en Tabasco. "La Barredora" era un cártel policial, que controlaba el tráfico de drogas, los homicidios y las extorsiones en la entidad, operando bajo las narices de las autoridades que, en teoría, debían combatirlos. La detención de Bermúdez es, en palabras de José Ramiro López Obrador, secretario de Gobierno, una clara señal de "cero impunidad", aunque el futuro de las investigaciones y sus implicaciones políticas aún están por verse.