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Venezuela inició la Operación Caribe Soberano 200, un ejercicio militar a gran escala, en respuesta al despliegue de la flota estadounidense en aguas del Caribe.
Aunque Estados Unidos (EU) afirma que su presencia busca combatir el narcotráfico, el gobierno de Venezuela insiste en que se trata de una maniobra para atentar contra su soberanía.
El ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, declaró que la operación tiene como objetivo "elevar el apresto operacional ante la amenaza militar que se ha levantado en el Caribe contra Venezuela".
Los ejercicios, que se llevan a cabo en la isla de La Orchila, a 160 kilómetros de Caracas, incluyen simulacros de combate con tanques, helicópteros, aviones y barcos.
Por su parte, el presidente Nicolás Maduro ha denunciado que la flota estadounidense cuenta con ocho destructores, 1,200 misiles y un submarino nuclear. Estos movimientos se suman a incidentes previos, como la incursión de fuerzas militares de EU en la Zona Económica Exclusiva de Venezuela, donde retuvieron una embarcación pesquera.
Las autoridades venezolanas han señalado que estos eventos son parte de una "guerra multiforme" orquestada por Washington con el fin de provocar un "cambio de régimen".
En este contexto, el gobierno venezolano ha recordado intentos anteriores de desestabilización, como la fallida "Operación Gedeón" de 2020 y el incidente de 2019 con una supuesta entrega de ayuda humanitaria desde Puerto Rico.