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Ciudad de México. - El sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, que prometió desmantelar el dispendio en medios y garantizar la pluralidad informativa, concluyó concentrando una cifra de mil 877 millones de pesos en publicidad oficial en favor de Televisa, la empresa que más se benefició económicamente del primer gobierno de izquierda.
Este masivo flujo de recursos desvirtúa la reducción del gasto total en comparación con el sexenio de Enrique Peña Nieto, según el informe "Publicidad Oficial 2024" de Artículo 19 y Política Colectiva. La conclusión es una: la política de "no pago para que me peguen", inmortalizada por el expresidente López Portillo, no solo sigue vigente, sino que se ha refinado bajo un discurso de austeridad.
El círculo dorado de la concentración
El informe revela que, aunque el gasto total federal se redujo en más del 67% respecto a 2018, la distribución de los recursos replicó las viejas prácticas de concentración: Televisa, TV Azteca y La Jornada acapararon un total de 4 mil 813 millones de pesos.
Para Leopoldo Maldonado, director regional de Artículo 19, esta concentración desvirtúa la promesa de pluralidad. Si bien el dominio de las grandes televisoras podría justificarse por su "mayor nivel de audiencia o mayor penetración", la inclusión de La Jornada en el podio apunta a un premio por la afinidad política directa con el gobierno, un uso que el especialista califica de discrecional.
Silencio cómplice y castigo editorial
El caso de Televisa y su entonces presidente, Emilio Azcárraga Jean, es el más sintomático. La recordada frase de 2019, donde Azcárraga le dijo a AMLO "queremos quedar bien con usted" —aunque fuera en el contexto de un partido de fútbol—, parece haber marcado la pauta de una relación que resultó ser la más lucrativa para la televisora en el sexenio.
Mientras la relación del gobierno con el magnate de TV Azteca, Ricardo Salinas Pliego, se fracturaba públicamente en 2024 —lo que derivó en una notoria "bajada" del pago de publicidad a la televisora, según Maldonado—, el empresario Azcárraga mantuvo un silencio elocuente y una presencia constante en los eventos clave del mandato. El resultado es claro: la afinidad o el silencio de la línea editorial se premia con miles de millones de pesos, mientras que la disidencia se "castiga" con recortes.
"La misma lógica sigue", lamentó Maldonado, refiriéndose a la frase de López Portillo. "La situación del 'no pago para que me pegues' no desapareció".
La deriva autoritaria y las advertencias incumplidas
El reporte también lanza serias advertencias sobre la falta de planeación en la asignación de recursos. A nivel federal, el gasto se concentró en apenas cuatro entidades: el IMSS, la Lotería Nacional, la empresa Tren Maya, SA de CV, y el Grupo Aeroportuario y Ferroviario Olmeca-Maya-Mexica, SA de CV.
El hecho de que las grandes obras insignia del lopezobradorismo hayan absorbido una parte desproporcionada del presupuesto publicitario sugiere que la finalidad de los recursos se desvió de la información pública necesaria a la simple promoción y propaganda de proyectos específicos.
La promesa de López Obrador de 2019 —"Televisa ya no es lo mismo que antes"— ha quedado desmentida por los hechos. Cinco años después, el gobierno que criticó a la "mafia del poder" y aseguró que perdonaba el daño causado por la televisora, la convirtió en su principal aliada económica en los medios de comunicación. La publicidad oficial, una vez más, demostró ser una herramienta de control político, más que de distribución democrática de la información. (Con información de Apro).