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Washington / Tegucigalpa.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó fuertes advertencias sobre el proceso electoral en Honduras, asegurando que un intento de alterar los resultados podría desatar un “infierno” en el país centroamericano. Las declaraciones se producen en un momento de alta tensión, con el conteo de votos suspendido parcialmente y una contienda presidencial extremadamente cerrada.
Trump ha mostrado su respaldo explícito al candidato conservador Nasry ‘Tito’ Asfura, del Partido Nacional, la misma agrupación política del expresidente Juan Orlando Hernández, condenado por narcotráfico, quien recientemente recibió un indulto presidencial en Estados Unidos. El magnate aseguró que Estados Unidos ofrecerá “mucho apoyo” a Honduras, pero únicamente si Asfura resulta vencedor.
En un mensaje difundido en su red social, Trump afirmó:
"Parece que Honduras está tratando de cambiar los resultados de sus elecciones presidenciales. ¡Si lo hacen, se armará un infierno! El pueblo hondureño votó masivamente el 30 de noviembre."
La Comisión Nacional Electoral (CNE) detuvo el recuento de votos la medianoche del 30 de noviembre por problemas técnicos. Hasta ese momento, Asfura lideraba por apenas 500 votos sobre Salvador Nasralla, con un conteo de apenas el 47% de las mesas, lo que deja la contienda prácticamente empatada: Asfura con 749 mil 022 votos (39.92%) y Nasralla con 748 mil 507 (39.89%).
El organismo electoral anunció que el conteo se reanudará este martes y reiteró la importancia de garantizar la transparencia y la validez de los sufragios. Sin embargo, la intervención directa de Trump y sus amenazas sobre posibles consecuencias económicas y políticas elevan la presión sobre el proceso democrático en Honduras, generando preocupación sobre la influencia extranjera en elecciones soberanas.
Expertos en política internacional consideran que la postura de Trump constituye un claro intento de intervenir en el resultado electoral, favoreciendo al candidato alineado con intereses estadounidenses y con el legado político de Hernández, lo que podría afectar la percepción de legitimidad del proceso ante la ciudadanía hondureña y observadores internacionales.
