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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, endureció este viernes su postura frente a Ucrania al establecer una fecha límite para que Volodímir Zelenski acepte el plan de paz impulsado por la Casa Blanca. El mandatario señaló que espera una respuesta antes del próximo jueves 27 de noviembre, Día de Acción de Gracias, aunque abrió la puerta a una extensión “si las cosas funcionan bien”.
En entrevista con Fox Radio, Trump abordó directamente la versión publicada por The Washington Post, que citó a fuentes cercanas asegurando que Washington condicionaría su respaldo a Kiev a la aceptación del documento. El republicano no negó la presión y afirmó que el conflicto “está fuera de control” y se ha convertido en “una masacre”.
Interrogado sobre la cláusula más polémica —la cesión de territorio ucraniano a Rusia— el presidente respondió que Ucrania “ya está perdiendo territorio” en el campo de batalla. Subrayó además que Estados Unidos ha entregado a Kiev “el mejor equipamiento militar del mundo”.
Trump también descartó que Vladimir Putin pretenda expandir el conflicto hacia otros países europeos. Según dijo, el líder ruso “no busca más problemas” tras una guerra “que debió durar un día y lleva cuatro años”.
El mandatario destacó la entrada en vigor de nuevas sanciones estadounidenses contra las petroleras rusas Rosneft y Lukoil, a las que calificó como medidas “muy poderosas”.
El plan de paz —un documento de 28 puntos filtrado a medios estadounidenses— contempla restricciones para Ucrania, como reducir su Ejército a un máximo de 600 mil efectivos y ceder territorios aún no ocupados por Rusia. Aunque reportes apuntan a que el texto fue discutido entre Washington y Moscú, la Casa Blanca insiste en que ha dialogado “por igual” con Kiev.
Este renovado impulso diplomático llega tras meses de tensiones y frustración de Trump por la negativa de Putin a frenar la guerra, así como por el incumplimiento de varios ultimátums previos.
En respuesta, Zelenski acordó coordinar estrategias con sus principales aliados europeos antes de negociar con Washington. El líder ucraniano advirtió que el país enfrenta “decisiones muy difíciles” que podrían comprometer su relación con uno de sus socios más determinantes: Estados Unidos.