Table of Contents
Washington D.C. En un movimiento sin precedentes que podría paralizar la producción cinematográfica internacional, el presidente de Estados Unidos (EU), Donald Trump, anunció este lunes que impondrá un arancel del 100% a todas las películas que se produzcan fuera del territorio estadounidense.
La medida, comunicada a través de su plataforma Truth Social, forma parte de su agresiva estrategia para forzar la "relocalización" de industrias clave a suelo estadounidense.
"Nos han robado"
El mandatario justificó la drástica tarifa argumentando que la industria cinematográfica de EU ha sido víctima de robo por parte de naciones extranjeras.
"Nuestro negocio cinematográfico ha sido robado de EU por otros países, como si le robaran un caramelo a un bebé," afirmó Trump.
El presidente cargó específicamente contra el estado de California, epicentro de la industria, a quien acusó de verse "especialmente afectada" por un gobernador que calificó de "débil e incompetente".
"Por lo tanto, para resolver este problema de larga data e incesante, impondré un arancel del 100% a todas las películas que se produzcan fuera de Estados Unidos," concluyó en su publicación.
La escalada de la cruzada tarifaria
Los nuevos aranceles a la industria del cine se suman a una lista creciente de objetivos de la administración Trump, que incluye ya a camiones, productos farmacéuticos, cocinas y muebles, todos sujetos a presión tarifaria para condicionar el acceso al vital mercado estadounidense.
Aunque la Casa Blanca defiende que estas presiones son necesarias para "proteger" a la industria y aumentar la manufactura nacional bajo el lema "Hagamos que EU vuelva a ser grande", la decisión genera amplio debate.
Analistas advierten que estas políticas no solo están diseñadas para generar tensiones comerciales con socios clave, sino que tienen efectos colaterales negativos. La imposición de aranceles incrementa el costo de los insumos y materias primas para las empresas, lo que a su vez ejerce presión sobre los precios que pagan los consumidores y podría tener repercusiones negativas en el mercado laboral dentro del país.
La industria cinematográfica, que a menudo utiliza países como Canadá, México o el Reino Unido para rodajes por razones de costos y locaciones, se enfrenta ahora a un costo potencial que duplicaría el valor de cualquier película no producida completamente en EU.