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El gobernador de Tabasco, Javier May Rodríguez, ha adoptado una estrategia discursiva que privilegia la retórica del "movimiento" sobre la rendición de cuentas.
Al culpar a imaginarios conservadores de "guerra mediática," la "mentira" y la "calumnia" de sus "fracasos," el mandatario copia el manual narrativo de la Presidencia de la República para desviar la atención de los problemas estructurales de su administración, incluyendo una notoria falta de transparencia y la debilidad económica de la entidad.
La cortina de humo del "conservadurismo"
El uso constante del término "conservadores" como chivo expiatorio revela una incapacidad, o una negativa, a reconocer la crítica legítima. May sostiene que la oposición no entiende que la "transformación" está "sembrada en el corazón" del pueblo. Este argumento, funciona como una cortina de humo que busca deslegitimar cualquier cuestionamiento sobre la gestión gubernamental, desde la seguridad hasta el gasto público.
El verdadero problema del gobierno de May no reside en una guerra mediática, sino en la opacidad que rodea sus decisiones. La falta de acceso a información detallada sobre el uso de recursos y el desempeño de programas clave alimenta, de manera natural, la desconfianza ciudadana y periodística.
La peligrosa dependencia de los programas sociales
El gobernador destaca los programas "Sembrando Vida" (estatal y federal) como la clave para "recomponer el tejido social" y "devolverle la felicidad al pueblo". Si bien el apoyo económico a 7,200 sembradores en Tenosique es significativo a nivel individual, la dependencia de estos programas subraya la frágil estructura económica de Tabasco.
- Sin empleo formal, no hay transformación: La retórica de la "felicidad" y la "convivencia" no reemplaza la necesidad de empleos formales y bien remunerados. Las cifras de desempleo y subempleo en Tabasco se mantienen en niveles preocupantes. La falta de inversión privada robusta y la ausencia de una estrategia clara para diversificar la economía hacen que miles de familias dependan enteramente de una transferencia mensual de 5 mil pesos, lo que no es sostenible a largo plazo para el desarrollo estatal.
- "Sembrando Vida" como parche social: El programa, aunque digno, corre el riesgo de funcionar como un subsidio asistencialista más que como un motor de desarrollo productivo autosuficiente. La promesa de cosechas de árboles maderables y frutales a mediano y largo plazo (cinco años) no resuelve la urgencia económica actual ni garantiza que, una vez finalizado el apoyo federal, la comunidad haya desarrollado la infraestructura o los mercados necesarios para subsistir sin la inyección de capital gubernamental.
En esencia, el discurso del gobernador May distrae con la confrontación política mientras el modelo económico de Tabasco se afianza en la dependencia de los recursos federales, en lugar de construir la transparencia institucional y la suficiencia económica que una verdadera "transformación" exige.