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Silenciados: Gobierno y miedo digital desinflan la segunda marcha de la Generación Z en la CDMX

La segunda convocatoria de la Generación Z, prevista para este 20 de noviembre, se vio desbordada por advertencias oficiales, vigilancia discreta y la desinformación en redes.

Generación silenciada.

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Ciudad de México.- La segunda marcha de la autodenominada Generación Z se desinfló este jueves en la Ciudad de México, con una participación mínima y un ambiente marcado por la intimidación gubernamental y la vigilancia discreta, dejando en evidencia cómo la combinación de amenazas y maniobras de desinformación puede vaciar incluso los llamados masivos en redes sociales.

A tan solo minutos de iniciar el recorrido previsto para las 11:00 horas, los principales puntos de concentración —como la Biblioteca Central de la UNAM y el Ángel de la Independencia— registraban apenas una presencia simbólica. En CU, el llamado a congregarse desde las 9:00 horas apenas reunió a 70 estudiantes, mientras que en el Centro Histórico del DF, los puntos de encuentro mostraban más observadores y medios de comunicación que manifestantes.

El rector de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas, se deslindó de la convocatoria y señaló irregularidades en el uso del nombre de la universidad y en la claridad del mensaje difundido en redes. Advirtió que no se podía confirmar si los convocantes eran colectivos estudiantiles o personas externas, y reclamó transparencia sobre las detenciones de la primera marcha del 15 de noviembre.

Mientras tanto, las calles aledañas a CU permanecieron bajo la mirada de vigilantes y grupos de Auxilio UNAM, sin que se registraran incidentes. Usuarios en redes sociales reportaron la presencia de supuestos elementos de la Guardia Nacional en el Centro Histórico, aunque su rol exacto no pudo ser confirmado. La sensación predominante entre los pocos asistentes fue de precaución y desconfianza, como lo ejemplificó una mujer que buscaba la manifestación y aseguró que “les dio miedo, con lo que pasó el sábado”.

En contraste, el desfile cívico-militar por el 115 aniversario de la Revolución Mexicana transcurrió sin contratiempos, con calles despejadas y la ciudad atenta a los actos oficiales, subrayando la preferencia del gobierno por la espectacularidad oficial y el control sobre los espacios públicos, mientras los movimientos independientes quedan sujetos a desinformación y presión.

El resultado de esta jornada deja en claro que la combinación de vigilancia, advertencias y campañas digitales ha logrado vaciar las calles, transformando lo que pudo ser una demostración de fuerza estudiantil en un escenario casi fantasma, donde la Generación Z enfrenta la paradoja de querer alzar la voz en un entorno que condiciona y desincentiva la protesta pública.

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