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Ciudad de México — La presidenta Claudia Sheinbaum ha anunciado que la ceremonia del Grito de Independencia del próximo 15 de septiembre será un evento "muy, muy austero". La mandataria detalló que a la ceremonia en el Palacio Nacional solo se invitará a los miembros de su gabinete, una decisión que, según ella, busca reflejar la política de austeridad de su gobierno.
La promesa de austeridad, sin embargo, contrasta con el espectáculo masivo que se espera en el Zócalo. El anuncio de que la banda de regional mexicano La Arrolladora Banda El Limón, la cantante Alejandra Ávalos y el grupo Legado de Grandeza amenizarán la noche, sugiere un evento de gran magnitud para la ciudadanía, que podría implicar un alto costo de producción y logística.
Discreción en Palacio, fiesta en el Zócalo
A diferencia de la ceremonia en Palacio Nacional, Sheinbaum explicó que el desfile cívico-militar del 16 de septiembre sí contará con invitados de alto perfil, incluyendo a los representantes de los Poderes Legislativo y Judicial, así como a embajadores de otros países. Esta distinción subraya un doble mensaje: austeridad en el evento ceremonial del Grito, pero una celebración de gran escala para el pueblo.
El Grito de Independencia siempre ha sido un evento con una fuerte carga política, y la primera ceremonia de Sheinbaum no será la excepción. Mientras que la presencia de artistas populares asegura una alta afluencia de público, la falta de invitados de otros poderes en la ceremonia principal puede interpretarse como una reafirmación de su poder, con el foco puesto en la relación directa entre su gobierno y la ciudadanía.
