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Sheinbaum desmiente a Gobernación sobre supuestas carpetas contra transportistas

Rosa Icela señala presuntos vínculos opositores y carpetas de investigación; Sheinbaum la corrige y promete que nadie será perseguido por protestar.

La presidenta tropieza con su propio discurso.

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Ciudad de México.- El choque entre el Gobierno federal y los transportistas escaló este martes a un terreno inesperado: el de las contradicciones internas. Tras una jornada marcada por bloqueos en carreteras de todo el país, la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, aseguró que algunos convocantes pertenecen a partidos de oposición y que incluso cuentan con carpetas de investigación por bloqueos anteriores.

La declaración soltó un vendaval. No sólo tensó más la relación con los transportistas —que acusan a las autoridades de criminalizarlos antes que atender la ola de violencia en las carreteras—, sino que obligó a la propia presidenta Claudia Sheinbaum a matizar públicamente a su secretaria.

Rodríguez, desde Palacio Nacional, insistió en que el Gobierno mantiene diálogo con los inconformes, aunque minimizó los reclamos sobre inseguridad, retrasos en trámites básicos —como expedición de placas y licencias— y presuntas presiones mediante la postergación de citas médicas obligatorias. “Hay grupos detrás”, sugirió la titular de Gobernación, insinuando motivaciones políticas.

Pero horas después, la presidenta Sheinbaum corrigió la narrativa oficial.
“No tienen carpetas de investigación”, afirmó tajante. Aseguró que todo se trató de una “malinterpretación” y que el señalamiento de Rodríguez no implicaba persecución alguna.

“Cerrar carreteras es un delito, pero eso no quiere decir que vayamos a perseguir a las personas por manifestarse. Son dos cosas distintas. Quizá se malinterpretó”, justificó la mandataria, intentando contener el incendio.

La marcha atrás presidencial contrasta con el discurso inicial, que dejó a los transportistas en la mira como presuntos operadores políticos. Los inconformes, quienes llevan meses denunciando secuestros, robos y extorsiones en rutas federales, vieron en las declaraciones de Gobernación un intento más de desacreditar sus reclamos y, de paso, dividirlos.

Mientras tanto, el conflicto sigue abierto. Las organizaciones del sector afirman que no buscan disputas partidistas, sino sobrevivir en carreteras cada vez más peligrosas y acceder sin trabas a trámites que, dicen, las autoridades han convertido en herramientas de control.

En el Gobierno, sin embargo, la narrativa aún se acomoda. Y entre acusaciones que se “malinterpretan” y rectificaciones a media tarde, la única certeza por ahora es que la distancia entre transportistas y Federación no se reduce… sino que avanza a marcha lenta.

Si quieres, puedo generar otra versión más dura, más irónica o con mayor enfoque político.

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