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Ciudad de México.- En un nuevo capítulo de tensión con Grupo Salinas, la presidenta Claudia Sheinbaum acusó al conglomerado y a su televisora de haber radicalizado su línea editorial tras la reciente resolución de la Suprema Corte que ordena a Grupo Azteca saldar adeudos fiscales.
Según la mandataria, esa estrategia de confrontación no solo busca “exacerbar el odio”, sino que terminará golpeando a la propia televisora: “Habrá que ver quién va a seguir anunciándose en un medio que solo promueve el odio”, advirtió.
Sheinbaum sostuvo que las complicaciones de Ricardo Salinas Pliego no se limitan al fallo de la Corte, y señaló que el empresario también enfrenta problemas adicionales, entre ellos el incumplimiento de obligaciones de información ante la bolsa estadounidense. En ese contexto, afirmó, el empresario ha escalado sus críticas al gobierno federal para victimizarse y ganar respaldo mediático.
“Se equivocan quienes apuestan al odio… y luego nos llaman autoritarios”
La mandataria insistió en que los ataques desde la televisora buscan crear un ambiente de animadversión. Criticó lo que consideró una narrativa de provocación: “Se equivocan quienes alientan el odio… pero luego dicen que somos autoritarios”, reprochó.
Reconoció que existen jóvenes que no simpatizan con su administración, pero aseguró que “son muchos más los que respaldan el proceso de transformación”. La afirmación ocurre tras semanas de protestas y discursos que la oposición ha buscado asociar con un descontento generacional.
Exige a Hacienda actuar
Sheinbaum pidió públicamente que la Suprema Corte notifique de manera formal a la Secretaría de Hacienda para proceder al cobro de los impuestos adeudados por Grupo Azteca. “Es importante que la gente sepa cuál es la resolución de la Corte y qué está haciendo Hacienda”, señaló.
Aprovechó para lanzar un mensaje más amplio: “Se equivoca quien llama a la violencia, al odio, a volver al porfiriato, quien cree que el pueblo es tonto”. Recordó que su movimiento llegó al poder por el trabajo territorial, “casa por casa”, y no por el respaldo de élites económicas.
“A mí no me eligió una élite”: defensa de legitimidad
La mandataria enfatizó que su gobierno no responde a grupos empresariales: “A mí no me eligió una élite ni un grupo que me puso en el gobierno, fue el pueblo”. Sostuvo que la “autoridad moral” es un activo que no se compra “ni con todo el dinero del mundo” y que su administración encarna una forma distinta de gobernar, “cercana al pueblo y basada en la honestidad”.