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Secuencian por primera vez genoma completo de un egipcio del Antiguo Reino

Investigadores obtuvieron el genoma de un hombre que vivió cuando se construyeron las primeras pirámides, usando dientes hallados en 1902

El ADN fue extraído de dientes pertenecientes a un hombre mayor

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Por primera vez, un equipo internacional de científicos logró secuenciar el genoma completo de un habitante del Antiguo Egipto que vivió hace entre 4,800 y 4,500 años, durante la llamada “Edad de las Pirámides”. El hallazgo fue publicado este miércoles en la revista Nature y representa un avance histórico en el estudio de ADN antiguo, tras décadas de intentos fallidos debido al clima cálido de Egipto y las complicaciones del proceso de momificación.

El ADN fue extraído de dientes pertenecientes a un hombre mayor cuyos restos fueron hallados en 1902 en el sitio arqueológico de Nuwayrat, a unos 265 kilómetros al sur de El Cairo, junto al río Nilo. Estos restos no estaban momificados, sino que fueron enterrados en una vasija de cerámica, lo que facilitó la conservación parcial del material genético.

Según explicó Pontus Skoglund, paleogenetista del Instituto Francis Crick en Londres y uno de los líderes del estudio, esperaban obtener solo fragmentos de ADN. Sin embargo, lograron recuperar suficiente material auténtico para reconstruir la secuencia completa del genoma, identificando que pertenecía a un hombre gracias a la información del cromosoma Y.

El análisis genético mostró que este individuo tenía ancestros relacionados tanto con antiguas poblaciones del norte de África como con personas de Medio Oriente, lo que confirma vínculos históricos y migratorios en la región. Para los investigadores, el resultado ayuda a comprender mejor el origen y mezcla de poblaciones que dieron forma a la civilización egipcia.

El hallazgo resulta significativo porque, pese a que Egipto conserva gran cantidad de restos arqueológicos, hasta ahora había sido casi imposible recuperar ADN antiguo completo. En 1985, el genetista Svante Pääbo —quien años después ganaría el Premio Nobel— obtuvo unas pocas secuencias de un niño momificado de hace 2,400 años, pero más tarde descubrió que estaban contaminadas con ADN moderno, posiblemente el suyo.

Posteriormente, en 2017, un estudio logró secuenciar fragmentos genéticos de tres momias egipcias que vivieron entre 3,600 y 2,000 años atrás, pero sin llegar a reconstruir un genoma completo. La dificultad radica en que las altas temperaturas aceleran la descomposición del ADN, y el proceso de momificación agrava el problema.

En este nuevo caso, al tratarse de restos que preceden la práctica extendida de la momificación, el material genético se conservó mejor. Además, el hallazgo cobra valor adicional porque los restos, resguardados desde hace más de un siglo en instituciones de Liverpool, Reino Unido, incluso sobrevivieron bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial.

Expertos como David Reich, genetista de poblaciones de la Universidad de Harvard, calificaron el resultado como “emocionante e importante”, pues abre la puerta a nuevas investigaciones sobre el pasado genético de Egipto, una de las civilizaciones más estudiadas, pero paradójicamente más difíciles de analizar genéticamente.

El estudio fue publicado el 2 de julio de 2025 en la revista Nature.

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