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En la primera mitad de 2025, las remesas enviadas a México experimentaron una caída del 5.5%, situándose en 34,889 millones de dólares.
Según el Banco de México (Banxico), esta reducción de 2,030 millones de dólares en comparación con el mismo período de 2024 (cuando se registraron 36,919 millones de dólares) se atribuye en gran medida a la nueva política migratoria de Estados Unidos, principal país de origen de estos envíos.
Datos clave de la disminución
Esta tendencia a la baja se acentuó en julio, un mes que registró un descenso del 1.3% interanual y un 4.7% mensual, con 5,330 millones de dólares en remesas. En comparación, la caída de junio de 16.2% fue la más pronunciada en 13 años.
El monto promedio de los envíos también se redujo ligeramente, pasando de 394 a 392 dólares. El número de operaciones disminuyó un 4.9%, totalizando 89 millones, de las cuales el 99.1% fueron transferencias electrónicas.
Contexto político y económico
A partir de marzo, en el inicio del segundo mandato de Donald Trump, se rompió una racha de 46 meses de crecimiento constante en las remesas.
En junio, el gobierno estadounidense impuso un impuesto del 1% sobre las remesas en efectivo, giros postales y cheques de caja. En respuesta, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anunció un programa para reembolsar a los connacionales el monto de este nuevo impuesto y criticó la medida, calificándola como una violación al tratado bilateral de 1994.
A pesar de esta reciente caída, México sigue siendo el segundo mayor receptor de remesas a nivel mundial, solo después de India. Estos ingresos, que provienen principalmente de los casi 11 millones de mexicanos indocumentados en Estados Unidos, representan casi el 4% del PIB del país.