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Una nueva tecnología que permitirá sistemas de refrigeración y calefacción más seguros y ecológicos, desarrollado por el equipo UDCSólidos del CICA de la Universidade da Coruña, ha sido reconocida con el premio Francisco Guitián Ojea a la transferencia de tecnología 2024, que concede la Real Academia Galega de Ciencias y la Xunta.
El trabajo ha sido reconocido por sus aplicaciones para el «desarrollo socioeconómico de Galicia», lo que supone «un espaldarazo al proyecto. Nos refuerza como grupo y demuestra que el esfuerzo tiene recompensa», según la coordinadora del equipo, María Antonia Señarís, catedrática de Química en la UDC.
El grupo, formado por 17 miembros entre químicos e ingenieros y que ha ido contando con ocho doctorandos «vitales para la investigación», destaca Señarís, ha empezado a ampliar su plantilla con un químico dedicado exclusivamente a la producción en mayor cantidad del material térmico, el MOF-508b, y con un ingeniero enfocado en el diseño de dispositivos para extraer la máxima eficacia de esta tecnología «made in Galicia» que podría empezar a comercializarse a finales del 2025 si la investigación continúa a su ritmo actual.
«Si esto sigue creciendo es poco», comenta la coordinadora, pues los dispositivos ya cuentan con el interés de varias empresas multinacionales y locales para múltiples usos, desde refrigeración alimenticia, neveras de uso industrial y particular o el desarrollo de cajas para transporte de órganos más eficaces y duraderas.
El MOF-508b, que utiliza CO2 para enfriar y calentar, serviría de alternativa ecológica a los sistemas de refrigeración actuales, basados en hidrofluorocarbonos, que son gases de efecto invernadero y la Unión Europea quiere eliminarlos progresivamente para el 2050.
También sería una opción más segura al uso de hidrocarburos o amoníaco, ya que «los hidrocarburos son compuestos inflamables estrictamente controlados y el amoníaco es una sustancia tóxica y corrosiva», afirman desde el equipo. La investigación ha logrado llegar con su material a -20 y 85 grados centígrados en temperaturas ambiente de 20 grados, aunque, afirman, el desarrollo del material permite su uso en un amplio rango de temperatura ambiente y con bajas presiones, lo que aumenta la versatilidad y seguridad al trabajar con el refrigerante.
Recuperación de fósforo
Por su parte, la investigación del Grupo de Biotecnología Ambiental del Cretus de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Universidade de Santiago para recuperar fósforo de las aguas residuales ha sido galardonada con el premio Fernando Calvet Prats.
La tecnología desarrollada permite extraer estruvita, uno de los componentes del fósforo, en las depuradoras para su reutilización en fertilizantes agrícolas, donde hay mucha demanda y la Unión Europea debe importar roca fosfática.
«Un 86 % deste recurso emprégase na fabricación de fertilizantes para a agricultura. A recuperación de estruvita axudaría a reducir a dependencia da UE de recursos externos, aumentando a circularidade do proceso de depuración», destacan desde el equipo, coordinado por el catedrático de ingeniería química Juan Manuel Garrido y que ha contado con la colaboración de la profesora en la Universidad Adolfo Ibáñez de Santiago de Chile, Dafne Crutchik.
La empresa Aqualia probará la eficacia de esta nueva tecnología en dos depuradoras, una en Jerez de la Frontera, Cádiz, y otra en Guillarei, Tui, en su apuesta, según la empresa, por «mellorar a eficiencia da xestión de augas». (Fuente: lavozdegalicia.es)