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Ciudad de México. Los principales recintos culturales del país, dependientes del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), han cerrado sus puertas temporalmente debido a una protesta sindical que ha dejado a miles de visitantes sin acceso a museos, teatros y galerías. La suspensión de actividades se debe a una disputa por un tema tan básico como la entrega de uniformes de trabajo.
Las secciones sindicales del Inbal exigen que la dotación de ropa de trabajo se les entregue a través de tarjetas electrónicas, permitiéndoles comprar las prendas directamente. Sin embargo, la dirección del Instituto ha rechazado esta petición, argumentando que la normativa vigente solo permite la entrega de los uniformes de manera física.
La cultura, víctima del conflicto burocrático
La parálisis de los recintos culturales pone en evidencia cómo un desacuerdo administrativo puede tener un impacto directo en la vida cultural del país. El Inbal, en un comunicado, lamentó "profundamente las afectaciones" a los visitantes, pero se mantiene firme en su postura, señalando que la ley no le permite ceder a la demanda de los trabajadores.
Aunque las autoridades han manifestado su disposición al diálogo, la situación actual deja en claro que la rigidez de los procesos burocráticos y las tensiones sindicales siguen siendo un obstáculo para el funcionamiento de las instituciones culturales, afectando al público que busca acceder al patrimonio artístico y a los eventos que se tenían programados.
