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Racistas y xenófobos amenazan a migrantes en Estados Unidos

Más de 220 organizaciones antimigrantes, supremacistas y xenófobas operan en Estados Unidos, mientras el discurso político alimenta la discriminación, advierten especialistas

La Casa Blanca ha exacerbado la presencia pública de estas organizaciones

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Migrantes mexicanos y latinoamericanos en Estados Unidos enfrentan no solo políticas migratorias restrictivas, sino también la creciente presencia de más de 220 organizaciones antimigrantes, supremacistas y xenófobas, según un informe del Southern Poverty Law Center (SPLC). Estas agrupaciones, que incluyen a nacionalistas blancos, neonazis y grupos de odio generalizado, se extienden por casi todo el territorio estadounidense y promueven ideologías que rechazan la diversidad cultural y racial.

El estudio del SPLC, que monitorea este tipo de organizaciones desde el año 2000, detalla que, a finales de 2023, se registraron 165 grupos de nacionalistas blancos, 36 de odio generalizado y 18 antimigrantes, además de una red neonazi activa en la mitad de los estados del país. Estos colectivos han impulsado históricamente medidas severas contra la migración y se oponen a políticas que beneficien a las comunidades migrantes.

Camelia Tigau, investigadora del Centro de Investigaciones sobre América del Norte de la UNAM, señaló en entrevista con MILENIO que la visibilidad de estos grupos tiene un doble efecto: por un lado, permite identificarlos, pero por otro, legitima su existencia. Tigau advirtió que el discurso antimigrante proveniente de la Casa Blanca ha exacerbado la presencia pública de estas organizaciones, lo que podría derivar en actos violentos contra migrantes.

“La discriminación va por niveles. El más fuerte que hemos vivido en la historia de la humanidad ha sido los genocidios, pero si empieza por algo, se empieza por odios pequeños y vamos escalando”, expresó Tigau. La especialista alertó sobre el impacto emocional y físico que este tipo de discursos tiene en las personas migrantes, quienes son constantemente estigmatizadas.

El tema cobró relevancia tras el tiroteo en El Paso, Texas, en 2019, donde un hombre armado asesinó a 22 personas, ocho de ellas mexicanas. El ataque fue motivado por un manifiesto que citaba la teoría del “gran reemplazo”, una narrativa promovida por grupos supremacistas que sostiene que los migrantes están desplazando a la población blanca en Estados Unidos.

En este contexto, el discurso político también ha jugado un papel preocupante. Recientemente, el Comité Nacional Republicano del Congreso (NRCC, por sus siglas en inglés) lanzó un ataque xenófobo contra el congresista Adriano Espaillat, un demócrata de Nueva York y presidente del Caucus Hispano del Congreso, al referirse a él como un “inmigrante ilegal” en redes sociales. Espaillat, quien es ciudadano estadounidense naturalizado desde hace más de cuatro décadas, condenó el comentario como un ejemplo del racismo arraigado en sectores del Partido Republicano.

El NRCC, brazo político de los republicanos en la Cámara de Representantes, ha sido criticado por promover narrativas antimigrantes y respaldar teorías como la del “gran reemplazo”. Aunque el tuit fue eliminado después de 24 horas, el incidente refleja un patrón de ataques contra figuras públicas no blancas, incluyendo intentos de deslegitimar su ciudadanía o amenazarlas con deportación.

Expertos como Tigau subrayan la importancia de combatir estos discursos para evitar que escalen a acciones violentas. “Cuando todo el tiempo te dicen que eres un problema, que eres un flojo, que eres esto y aquello, entonces, ¿las personas cómo se han de sentir?”, cuestionó la investigadora.

Mientras tanto, organizaciones civiles y líderes demócratas han exigido disculpas públicas y medidas concretas para frenar la retórica antimigrante. La congresista Sylvia García (TX-29) anunció una resolución para condenar el ataque contra Espaillat, mientras otros legisladores han expresado su apoyo al caucus hispano.

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