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El petróleo crudo robado en México es enviado a Texas donde es refinado para luego ser devuelto a través de las aduanas como combustible aparentemente legal, hasta llegar a los consumidores.
La embajada de Estados Unidos en México publicó un video en la red social X, donde explica que este mecanismo constituye una forma sofisticada de evasión fiscal que beneficia directamente a los cárteles.
Todo comienza con el robo y traslado del crudo por parte de los cárteles, que lo transportan a Texas mediante camiones o ductos. Luego, intermediarios cómplices lo legalizan y lo venden a refinerías en Estados Unidos.
Una vez refinado, el combustible se exporta de regreso a México, oculto o mal etiquetado y logra ingresar al país gracias al uso de documentos falsificados y empresas fachada.
¿Quién se beneficia? El crimen organizado, para quienes representa una industria multimillonaria. Muchos consumidores lo compran sin saber su origen, señaló la embajada. Detrás de cada litro ilegal hay evasión fiscal, corrupción y violencia financiada.