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Por César González Guerrero / Colaboración especial.
Ha sido costumbre de la mayoría de los tres niveles de gobierno: federal, estatal y municipal, realizar "obras" públicas para beneficio del pueblo pero que, finalmente, los más beneficiados son algunos funcionarios que, sin hacer nada, quizá solamente autorizar, reciben el histórico diezmo y que últimamente se dice que es el "fifty fifty", es decir el 50 por ciento.
Eso es lo que se sabe y es lo que comentan algunos contratistas, de manera muy discreta y a manera de queja y denuncia.
Por supuesto que, en un momento dado, nadie sabe nada y nadie conoce a nadie. Con eso se cubren todos y no pasa nada. Sin embargo, pasado los años, sale toda la información de esos legendarios "moches".
Y tal vez ese no sería el problema, porque ya es un asunto que toda la gente esta enterada. Mientras no se presenten pruebas, no hay delito.
El problema se presenta en el proceso de la realización de los trabajos: no hay información, no alcanza el presupuesto autorizado, baja la calidad de la obra, se evita filtrar cifras y datos de la obra, y lo peor, la obra queda inconclusa y en pésimas condiciones que pronto presentan deficiencias.
Mientras tanto, los más perjudicados son los ciudadanos. De acuerdo con algunos comentarios con funcionarios de segundo y tercer nivel, todo se hace con la autorización del primer círculo de un jefe que, no se menciona pero todos lo conocen.
Es muy lamentable ese tipo de situaciones pero, aunque se niega, sucede.
Sólo para ejemplificar, los trabajos de modernización de la carretera Acapulco-Huatulco, iniciada hace 3 sexenios, se veían mamparas en lugares estratégicos, con toda la información relacionada con la obra, ahí toda la gente, con estudios o sin estudios, podía conocer detalles y costos de la obra, pero de manera sorpresiva ya no existen esos espectaculares informativos y, con toda razón, la gente especula y desconfía de la misma obra.
Lo que pasa es que ahora, la sociedad en general, aprovechando los medios de información y las tecnologías, calcula, observa y analiza lo que ve. Con ello obtiene sus propias conclusiones.
Así, con esta magna obra, que de alguna manera beneficiará a la Costa Chica de Guerrero, se espera que sea inaugurada concluida al cien por ciento, que sea de calidad, con una larga vida útil, que impacte plenamente en el desarrollo regional, que se realice una verdadera planeacion a corto, mediano y largo plazo, y debidamente aplicadas las sumas millonarias de dinero.
Los costachiquenses esperamos ser convocados, oportunamente, a la inauguración y ser testigos del avance de un tramo más, de esta obra prioritaria.
Ya veremos.
