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Ciudad de México.- El senador Gerardo Fernández Noroña volvió a colocarse en el centro de la polémica al hablar del asesinato del exalcalde de Uruapan, Carlos Manzo, no para honrar su memoria ni pedir esclarecimiento, sino para desacreditarlo públicamente y arremeter contra su viuda, la alcaldesa Grecia Quiroz.
Durante una transmisión en vivo, Noroña se refirió a Manzo con desprecio al afirmar que “no es un santo”, frase con la que buscó empañar la figura del político asesinado el 1 de noviembre. Aunque reconoció haber compartido curul con él y lamentó su muerte, no dudó en calificar su discurso como “fascista” y “violento”, sin aportar pruebas ni contexto, reduciendo la memoria del exalcalde a una etiqueta despectiva.
El senador fue aún más lejos al presumir que posee “información reciente” sobre Manzo que eligió no revelar porque —según dijo— “le siguen tocando las cosquillas”. Con esa frase, trivializó el asesinato y convirtió en espectáculo un tema que la familia de la víctima exige tratar con seriedad.
Ataques directos a la viuda
En lugar de atender el reclamo legítimo de la alcaldesa, quien ha pedido investigar a tres figuras de Morena señaladas por el propio Manzo en vida, Noroña optó por invalidarla. Acusó a Grecia Quiroz de actuar con “carácter político electoral” y aseguró que “la ambición se despertó” en ella, insinuando que utiliza el asesinato de su esposo como plataforma política.
La viuda ha insistido en que se indaguen a Leonel Godoy, Raúl Morón e Ignacio Campos, no como acusación directa, sino como parte de una línea de investigación que su esposo dejó documentada. Sin embargo, Noroña decidió proteger preventivamente a sus compañeros de partido, presentando como resuelto que el crimen fue orquestado por el CJNG, pese a que la fiscalía no ha concluido las pesquisas.
Incluso familiares cercanos a Manzo han exigido que se agoten todas las líneas de investigación, incluidas las políticas. Pero el senador desestimó esos llamados, prefiriendo atacar a quienes buscan justicia.
Un uso político de la tragedia desde la tribuna digital
Lejos de contribuir a esclarecer un crimen que conmocionó a Uruapan, Noroña eligió denigrar a la víctima y señalar a la viuda, desvirtuando el debate y atrapando el caso en la lógica partidista. Sus comentarios no solo ofenden la memoria de Manzo, sino que también colocan bajo sospecha a quienes exigen que la investigación avance sin excepciones.
En lugar de respaldar a las víctimas, el senador optó por el camino del descrédito, alimentando un clima en el que la violencia política se trivializa y donde la defensa partidista pesa más que la búsqueda de justicia.
