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Guerrero.- La exalcaldesa de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández Martínez, reapareció en la FIL de Guadalajara con una acusación frontal: el video en el que aparece reunida con Celso Ortega Jiménez, líder de Los Ardillos, no solo fue editado, sino que formó parte de una “trampa” operada desde el poder.
Según afirmó, tras la filtración recibió instrucciones para abandonar el estado, aceptar una casa y sacar a sus hijos. “No fueron los de la delincuencia organizada, sino los de cuello blanco”, insistió.
Hernández sostuvo que acudió a la cita a solicitud de un interlocutor religioso —cuyo nombre omitió por seguridad— y que su intención era “buscar la paz”. Aseguró que en el video falta una persona presente en la mesa, evidencia que, dice, confirma la manipulación. “Si yo hubiera pactado, ese video no habría salido”, sostuvo. Tras el escándalo, acudió a la FGR para entregar su teléfono y exigir que se difundiera la grabación completa.
Visiblemente emotiva durante la presentación de su libro La Trampa Perfecta, la morenista dijo que el silencio al que se sometió durante dos años fue producto del miedo: “En Guerrero la verdad no siempre libera, a veces mata”. Acusó a medios y actores políticos de construir una narrativa para destruirla y afirmó que la viralización del video “no fue gratuita”.
El periodista J. Jesús Lemus, coautor del libro, contextualizó el caso en la larga relación entre autoridades y crimen organizado en México, donde —afirmó— los alcaldes suelen ser “el eslabón más débil”. Hernández cerró con un mensaje de desafío: “Yo no soy lo que dijeron. Me tendieron una trampa y no me voy a ir así”.