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Moscú.— Rusia probó con éxito un dron submarino de propulsión nuclear capaz de portar una ojiva, anunció este miércoles el presidente Vladimir Putin, en lo que representa la segunda prueba de un arma con capacidad nuclear en menos de una semana.
“Ayer se realizó otra prueba de otro sistema prometedor: el dispositivo submarino no tripulado Poseidón, también equipado con una unidad de energía nuclear”, declaró el mandatario durante una reunión con responsables del sector de defensa.
Putin aseguró que el nuevo dron es prácticamente imposible de interceptar y que no existe otro aparato similar en el mundo por su velocidad y la profundidad a la que puede operar.
“No hay forma de interceptarlo. Ningún otro dispositivo puede igualarlo en velocidad ni en profundidad”, subrayó el jefe del Kremlin.
El “Poseidón”, un arma estratégica de disuasión nuclear
Diseñado como un dron submarino estratégico, el Poseidón puede desplazarse a más de un kilómetro de profundidad y alcanzar una velocidad estimada de 60 a 70 nudos (entre 110 y 130 km/h), manteniéndose fuera del alcance de los sistemas de detección convencionales, de acuerdo con una fuente del complejo militar-industrial ruso citada por la agencia estatal TASS.
A largo plazo, este dron está destinado a equipar al submarino nuclear Belgorod, puesto en servicio en julio de 2022, el cual cuenta con la infraestructura necesaria para su lanzamiento.
Segunda prueba nuclear en una semana
El anuncio llega apenas unos días después de que Putin informara sobre la exitosa prueba final del misil de crucero nuclear Burevestnik, un proyectil de “alcance ilimitado” y capaz, según el Kremlin, de superar prácticamente todos los sistemas de defensa antimisiles.
Ambos desarrollos forman parte del programa de armamento estratégico ruso presentado por el presidente en 2018, que incluye tecnologías ultramodernas —entre ellas los misiles Burevestnik y los drones Poseidón—, diseñadas para responder a lo que Moscú considera amenazas de Estados Unidos y la OTAN.
Demostración de fuerza en medio de tensiones internacionales
Las recientes pruebas de armamento se producen en un contexto de creciente tensión entre Rusia y Occidente, en plena guerra en Ucrania y con acusaciones mutuas sobre el uso de tecnologías estratégicas con fines disuasivos.
Con el Poseidón y el Burevestnik, Moscú busca reforzar su posición como potencia nuclear global y enviar una señal clara de su avance tecnológico militar, mientras Washington y sus aliados observan con preocupación el desarrollo de sistemas que podrían alterar el equilibrio de disuasión nuclear mundial.