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El Caribe vuelve a mirar con temor al horizonte. El huracán Melissa continúa su imparable avance hacia el sur de Jamaica, tras intensificarse este lunes hasta alcanzar la categoría 5, el nivel máximo en la escala Saffir-Simpson. Según el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos, el ciclón presenta vientos sostenidos de 260 kilómetros por hora mientras se desplaza por el oeste del mar Caribe.
Los meteorólogos advierten que Melissa podría convertirse en el huracán más fuerte que haya azotado directamente a Jamaica en décadas. “El tiempo empeorará progresivamente durante el día y la noche, con vientos destructivos, marejadas ciclónicas e inundaciones catastróficas”, señaló el NHC en su más reciente boletín.
Imágenes satelitales muestran al fenómeno girando a unos 200 kilómetros al sur de Kingston, la capital jamaiquina, mientras comienza a curvar su trayectoria hacia el norte. Se prevé que toque tierra en la mañana del martes, descargando lluvias torrenciales que podrían superar los 1.000 milímetros en algunas zonas costeras.
El impacto no se detendrá en Jamaica. Los modelos meteorológicos apuntan a que el sistema continuará su rumbo hacia el este de Cuba, donde las autoridades ya han decretado alerta de huracán para las provincias de Granma, Santiago de Cuba, Guantánamo y Holguín, y alerta de tormenta tropical para Las Tunas.
En La Habana, el presidente Miguel Díaz-Canel encabezó este lunes una sesión ampliada del Consejo de Defensa Nacional para coordinar las acciones de respuesta. “Este es un huracán mucho más fuerte que los demás que en los últimos años azotaron la zona oriental, como Dennis, Sandy o Matthew”, advirtió Celso Pazos Alberdi, director general del Instituto de Meteorología.
Las autoridades cubanas reforzaron infraestructuras críticas, movilizaron brigadas eléctricas y recomendaron a la población asegurar viviendas, almacenar agua y alimentos, y mantenerse informada a través de los canales oficiales.
Mientras tanto, el NHC alertó que las marejadas generadas por Melissa afectarán también a La Española, las Islas Caimán, las Bahamas, las Islas Turcas y Caicos, e incluso podrían llegar a Bermudas a finales de la semana. Las olas y corrientes de resaca, advirtieron, “serán potencialmente mortales”.
El Caribe, acostumbrado a convivir con la temporada de huracanes, enfrenta ahora una nueva prueba de resistencia ante la furia de un fenómeno que ya es considerado histórico por su intensidad y rápida evolución.
