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La matanza en el bar Los Cantaritos de Querétaro ejecutada por un grupo de sicarios el sábado por la noche alimenta una crisis política por la inseguridad del país que al parecer el gobierno de la presidenta Claudia Shienbaum no puede controlar.
Los civiles armados dispararon contra decenas de personas en un ataque que duró menos de un par de minutos, pero dejó 10 muertos y 13 lesionados, entre ellos dos graves, de acuerdo con las autoridades.
La masacre revivió las críticas contra el plan antiviolencia del gobierno de Claudia Sheinbaum, al grado que la oposición exige verdaderos resultados.
Y es que la presidenta le dio mayor importancia a una gira de trabajo por Zacatecas, uno de los focos rojos de la inseguridad, y se abstuvo de dar algún pronunciamiento en las horas que siguieron a la matanza.
“Habrá castigo contra los responsables de este acto brutal”, prometió el gobernador, Mauricio Kuri, del Partido Acción Nacional (PAN).
Las autoridades no han señalado todavía a ningún cartel ni han precisado el móvil del ataque, aunque anunciaron a un detenido.
Sin embargo se analizan algunas hipótesis, todas enmarcadas en la guerra de carteles.
La primera posibilidad es el llamado cobro de piso, la extorsiones que el crimen organizado impone a los negocios para dejarles funcionar. La otra es el ataque a un punto de venta de droga de un grupo rival, aunque no se han dado a conocer indicios de la presencia de narcóticos en la escena del crimen. Una más es que alguno de los carteles optara por “calentar la plaza”: desestabilizar los territorios que controlan los adversarios.
El ángulo de tiro de los perpetradores y los videos de las ráfagas de lado a lado contra los comensales hacen dudar de que se trate de un ataque directo y apuntan a un atentado contra la población civil para infundir miedo.
El dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Alejandro 'Alito' Moreno dijo que “es una tragedia que expone la incapacidad de las autoridades para garantizar seguridad”.
También, Rubén Moreira, se sumó a la condena de los hechos. “La indolencia es un regalo para los criminales”, afirmó el legislador. Los reclamos se centran en las escenas de brutalidad que se han visto en las últimas semanas: la explosión de dos coches bomba en Guanajuato, la decapitación del alcalde de Chilpancingo en Guerrero, el hallazgo de 11 cadáveres dentro de una camioneta en esa misma ciudad y la guerra dentro del Cartel de Sinaloa que ha dejado ya cerca de 320 asesinatos en Sinaloa.
Kuri, en el doble papel de gobernador y opositor, hizo un llamado a la concordia. “Aquellos que han usado estos casos para cuestiones políticas, les pido que no es momento de dañar a ningún partido político”, comentó y agregó que está en contacto permanente con Omar García Harfuch, el secretario de Seguridad de Sheinbaum.
“Cuando hay episodios de violencia e inseguridad, se llenan los medios de comunicación dando estas noticias, pero pocas veces se reconoce cuando hay trabajo serio, constante y disciplinado”, dijo Sheinbaum desde Zacatecas, al asegurar que era el Estado donde más han bajado los homicidios.