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Por: Miguel Bento de Espinosa Marqués.
La curva de aprendizaje en el llamado “nuevo” Poder Judicial de la Federación debe ser breve, porque en riesgo están las vidas de mexicanas y mexicanos.
Los primeros días han sido un caos, cuentan al interior de las distintas sedes y distintos juzgados; semanas de supuestos a cómodos, de dar oficinas, de capacitar, de lidiar con el papeleo, de no saber cuándo y cuánto les van a pagar.
Hace dos semanas, el flamante Órgano de Administración Judicial (OAJ) convocó a los 850 juzgadores federales a un curso de capacitación para “especializarlos”, en 5 días, en las materias jurídicas de los juzgados de distrito y tribunales de circuito a los que serán adscritos.
Del 8 al 12 de septiembre en la Escuela Nacional de Formación Judicial (ENFJ), así como en el Centro de Justicia Penal Federal, CDMX Reclusorio Sur (para personas juzgadoras del SPA)", se capacitó pues de manera exprés, según se leía en uno de los avisos que les hicieron llegar a los juzgadores electos por vía electrónica.
Los que entran querrán echarle culpas a los que ya están, pero lo cierto es que la poca experiencia de muchos de los nuevos miembros del Poder Judicial de la Federación dará al traste a la dinámica que ya se tenía lo cual se reflejará en expedientes (vidas) en rezago.
Algunos ya comenzaron a bajarse del barco ¿por qué? sus razones tendrán, pero se sabe que la vocación no es lo suyo y lo del dinero al final no valdrá la pena pues tendrán que dejar su vida al interior de los juzgados.
Los Ministros de la Suprema han hecho diversos llamados a las y los magistrados para poner orden en sus distritos, pero no todos han querido centrarse, se sabe que el mensaje ha sido muy claro: si no hacen funcionar la maquinaria del PJF la reforma se verá criticada.
Pero insisto, con lo que hemos abierto esta columna, no son papeles ni expedientes, son vidas, son seres humanos que desean que la justicia no sea un experimento o capricho de alguien de unos cuantos.
Marejadas:
En Guerrero algunos ya quieren hacer bloques y decir que son parientes de la Gobernadora Evelyn Salgado, y sí, hay dos por ahí, pero ante ello algunos quieren ser los dirigentes al interior del PJF, como si se tratara de un partido político. Extraviados están.
Otro caso es del juez electo de apellido Suazo Rodríguez, un calentano muy polémico que se dice tener contactos en distintas esferas de los poderes, tanto fácticos como los de la familia Salgado.
Sin embargo, a este hombre -que le gusta posar con armas- le mandaron a ser juez en el distrito en materia penal en Cintalapa de Figueroa, Chiapas, (menuda sede llena de conflictos por la delincuencia organizada).
La designación lo molestó a tal grado que redactó en sus redes sociales un galimatías, si así como escribe impartirá justicia, que Dios los agarre confesados.
El cocho, como se dicen en tierra calor, hace todo lo posible por regresar, pero quizá sus “cercanos” no lo quieren tan cerca.
Por cierto, se sabe que le prohibieron la entrada a las instalaciones del PJF en la zona fifí de Diamante, pues armó tal escándalo sin que todavía obtuviera su nombramiento.