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Por: Eduardo Serna
México.- Expertos señalan que la crisis principal no está en la falta de agua, sino en la poca que queda apta para el consumo humano. Esa es la verdadera alarma. Desde diciembre de 2020, los derechos de uso del agua cotizan en bolsa. Hay que aclarar que no se comercia con el líquido en sí, sino con contratos de futuros que especulan sobre su precio, dentro de los mercados de derechos hídricos en Estados Unidos. Esto ha sometido al resto del continente americano a dinámicas de control del los sectores privados más codiciosos por el recurso.
México enfrenta una crisis hídrica sin precedentes que va más allá de la escasez natural. Es un problema estructural, donde el control del agua se concentra en grandes corporaciones nacionales y multinacionales. Al revisar concesiones y contratos, se descubre un modelo de gestión que sistemáticamente antepone los intereses empresariales al derecho humano al agua, sobre todo en regiones estratégicas como la península de Yucatán. Veamos algunos casos.
Mekorot la corporación israelí en el corazón del sistema hídrico mexicano
Bajo el gobierno de Enrique Peña Nieto, en noviembre de 2013, se firmó un acuerdo estratégico entre CONAGUA y la empresa estatal israelí Mekorot, ratificado en marzo de 2014. El convenio estableció marcos de cooperación para la remediación de acuíferos y la administración de recursos hídricos, con una inversión inicial de unos 6 millones de dólares para estudiar la purificación de 10 acuíferos contaminados.Con presencia en varios estados de México:
En el Estado de México, en Tultitlán, desarrolla la segunda fase de un proyecto de remediación ambiental.
En Sonora, en San Luis Río Colorado, implementa recarga artificial de acuíferos con aguas residuales tratadas.
En Chihuahua, en Ciudad Juárez, emplea tecnología satelital para detectar fugas y suministra equipamiento especializado bajo un acuerdo vigente hasta 2027.
También ha realizado estudios técnicos en Coahuila, Durango, Hidalgo, Guanajuato, Aguascalientes, Veracruz y la Ciudad de México.
La operación de Mekorot se distingue por una profunda opacidad, lo que ha generado muchas críticas, los contratos son secretos, así como los términos financieros y los procesos de selección.
Se denuncia una privatización encubierta en su modelo de “asesoría técnica” al priorizar el agua para exportación agropecuaria, como el riego de fresas para Costco,sin tomar en cuenta las necesidades humanas básicas.
Existe un riesgo para la soberaníaya que México no controla el software utilizado para dichos estudios técnicos, lo que implica una cesión de información sensible a una empresa extranjera.
Hay antecedentes controvertidos, la empresa ha sido señalada por la ONU y Amnistía Internacional por violaciones de derechos humanos y por establecer un “monopolio racista del agua” en Palestina. Este historial llevó a República Dominicana a anular sus contratos con Mekorot en 2024.
El acaparamiento corporativo del agua
El control del recurso en México está muy concentrado ya que el 20% del agua concesionada está en manos de solo 3,303 empresas (1.1% del total de concesionarios).
Las empresas caciques están dentro del espectro industrial, minero y agropecuario.
Los principales son:
Coca-Cola (EE. UU.): con 104 concesiones en 28 estados, extrae 28.2 millones de m³ anuales de 50 acuíferos, 15 de ellos sobreexplotados.
Nestlé (Suiza): extrae 9 millones de m³ al año de 16 acuíferos, la mitad sobreexplotados.
Gestoras municipales: Veolia (Francia) cobra tarifas muy por encima del promedio nacional en Aguascalientes.
Agbar/Suez (Francia), con un contrato extendido hasta 2034 en Saltillo, triplicó las tarifas durante su gestión.
Minera Goldcorp (Canadá) usa 418.8 millones de litros diarios en Guerrero.
Minera Grupo México provocó en 2014 un derrame tóxico en el río Sonora que dejó sin agua a 20,000 personas.
Estrés hídrico en Yucatán
Mientras en Yucatán, el acuífero es saqueado, la península alberga uno de los sistemas hídricos más importantes y vulnerables del mundo, pero su control recae en unos pocos, aquí se enlistan las empresas que tienen el control del agua:
• Enerall (de Alfonso Romo): con 23 concesiones, extrae 16.81 millones de m³ anuales. Ha destruido un cenote sin autorización y contaminado el acuífero con agroquímicos.
• Grupo Modelo (AB InBev): opera una cervecería en Hunucmá con capacidad para 7 millones de hectolitros anuales.
• Heineken México: construye una planta en Kanasín cuyo impacto hídrico inicial equivaldrá al consumo de 28,000 familias. Cabe destacar que esta localidad fue excluida del área protegida del Anillo de Cenotes en julio de 2025.
• Coca-Cola (FEMSA): en Mérida extrae 4,400 millones de litros anuales mediante 17 pozos.
Una ley que no ataja el problema
A pesar de la implementación de una nueva Ley de Aguas en 2025, organizaciones sociales denuncian que es insuficiente ya que no regula a los grandes acaparadores, otorgaexcesiva discrecionalidad a CONAGUA y no garantiza efectivamente el derecho humano al agua. Y denuncian que sus propuestas de iniciativas no fueron tomadas en cuenta, iniciativas que iban desde prohibir la privatización de grandes obras hidráulicas, así como los servicios de agua potable y saneamiento, mismos que estánconcesionados en varios estados; reemplazar los consejos de cuenca y los consejos consultivos, compuestos por representantes de los mismos concesionarios y megaindustrias que más consumen y acaparan el agua.
Las consecuencias ya son devastadoras, 9 millones de mexicanos sin acceso a agua potable, acuíferos agotados y contaminados, y ecosistemas únicos como los cenotes en peligro. La solución requiere no solo cancelar concesiones irregulares, sino un cambio de paradigma, dejar de tratar el agua como una mercancía corporativa de la bolsa de valores, y reconocerla como un bien común que garantice la vida y la dignidad de todas las personas y ecosistemas en México. Cómo siempre lo invito a reflexionar y tomar acción.