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Washington D.C. – La Administración del presidente de Estados Unidos (EU), Donald Trump, ha dado un paso audaz y potencialmente explosivo en su campaña de máxima presión contra el Gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela. Según un informe de última hora de The New York Times, el presidente habría autorizado a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) a llevar a cabo operaciones letales en Venezuela y el Caribe, marcando un peligroso incremento en las acciones encubiertas.
La decisión, citando a altos funcionarios estadounidenses, permitiría a la CIA ejecutar acciones encubiertas destinadas a desestabilizar o derrocar al Ejecutivo de Maduro, ya sea de forma unilateral o como parte de una ofensiva militar más amplia. Aunque la planificación y la inminencia de tales acciones aún están en el limbo, concebidas quizás como "planes de contingencia", el solo hecho de la autorización señala un punto de no retorno en la política de Washington hacia Caracas.
El Ejército prepara la escalada total
Esta autorización de la CIA se produce en un momento de alta tensión militar, con el Ejército estadounidense activamente "planeando una posible escalada, diseñando alternativas para que el presidente Trump las considere, incluidos ataques dentro de Venezuela".
Los indicios de esta escalada son palpables:
· Despliegue masivo: EU mantiene actualmente unos 10.000 soldados en la región, la mayoría en Puerto Rico, además de un contingente de Infantes de Marina, ocho buques de guerra y un submarino en el Caribe.
· Ataques en el mar: Se han reportado ataques a embarcaciones cerca de Venezuela (que Washington vincula al narcotráfico), operativos que, según el rotativo, han costado la vida a unas treinta personas.
Ofensiva judicial y diplomática
La luz verde a la CIA se suma a una feroz ofensiva judicial y diplomática:
· Recompensa Récord: La Administración Trump ha ofrecido 50 millones de dólares por información que conduzca a la captura de Maduro, a quien se le acusa formalmente de narcotráfico y terrorismo.
· Ruptura Diplomática: A inicios de este mes, se ordenó el corte total de relaciones diplomáticas tras fracasar los intentos de explorar negociaciones.
La CIA, que históricamente ha colaborado con gobiernos latinoamericanos en materia de seguridad, ahora recibe una autorización que le permite ir mucho más allá, inyectando un componente de confrontación directa y letal a la crisis venezolana que podría cambiar el panorama geopolítico de la región.