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El anuncio del cese de la ofensiva israelí en Gaza y el inicio de la retirada militar marcan, sin duda, un hito. Sin embargo, este "acuerdo de paz" negociado principalmente por el enviado de Donald Trump se presenta menos como una solución integral y más como una tensa y frágil pausa humanitaria sobre un paisaje de destrucción total, dejando los puntos más críticos del conflicto sin resolver.
Un retorno forzado al desastre
La imagen de miles de palestinos desplazados emprendiendo una "penosa marcha" de regreso al norte de Gaza, solo para encontrar sus hogares "completamente destruidos," es la prueba más cruda del costo humano de la guerra.
- Humanitarismo en Ruinas: El acuerdo permite la liberación de rehenes, pero el retorno de los desplazados se da a un escenario de miseria y peligro. El ejército israelí mismo advierte que algunas zonas siguen siendo "extremadamente peligrosas." La "primera fase de la retirada" militar se da, no a la paz, sino a la mera reubicación de tropas a lo largo de las "líneas de repliegue."
- El Precio de la Supervivencia: El alto el fuego se siente menos como un logro de la diplomacia y más como una necesidad imperiosa ante la catástrofe humanitaria.
La sombra de lo incompleto; los muertos
El pacto, supuestamente basado en un plan de 20 puntos propuesto por Donald Trump, consigue el intercambio de prisioneros, pero se queda peligrosamente corto en abordar las causas profundas del conflicto.
- Canje desequilibrado: El acuerdo estipula la liberación de 48 rehenes israelíes (20 vivos y 28 fallecidos, según Netanyahu) a cambio de 250 detenidos palestinos por razones de seguridad y 1,700 palestinos arrestados desde octubre de 2023. Aunque un canje es un avance, la desproporción subraya el poder de negociación desigual en el conflicto. Notablemente, la lista de prisioneros palestinos liberables no incluye a "ninguna de las figuras emblemáticas de la lucha armada palestina," lo que reduce la posibilidad de que el canje calme las facciones más duras.
- Asuntos pendientes críticos: Pese a las celebraciones, el acuerdo omite los temas más delicados: el desarme de Hamas y la propuesta de una autoridad de transición para Gaza liderada por Trump. Ignorar el futuro político y militar de la Franja garantiza que esta "paz" sea, en el mejor de los casos, temporal.
El intervencionismo de Trump y la autonomía
La intensa participación del expresidente estadounidense, quien anunció la liberación de rehenes e incluso su intención de viajar a Oriente Medio, subraya el carácter de dependencia externa de este acuerdo.
Este pacto parece más una victoria diplomática personal para Trump, que busca proyectarse como un pacificador global, que una solución genuinamente gestada por las partes en conflicto. La constante amenaza de la intervención externa y la imposición de una "autoridad de transición" propuesta por Washington dificultan la consolidación de una verdadera autonomía palestina y una paz sostenible.
El alto el fuego en Gaza es un alivio desesperado. No obstante, al dejar sin resolver las cuestiones de gobernanza, seguridad y el futuro de las facciones, este acuerdo corre el riesgo de ser simplemente la antesala de la próxima escalada, un costoso trueque entre vidas y encarcelamientos que no cambia la raíz del conflicto.