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INDIKA: el inquietante viaje espiritual que llega a Nintendo Switch 2

Indika, la perturbadora aventura narrativa ambientada en una Rusia distópica del siglo XIX, llega a Nintendo Switch 2 con una mezcla de espiritualidad, dilemas morales y un estilo visual sobresaliente.

Perturbadora aventura.

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México.- Los estudios independientes han demostrado en los últimos años que todavía queda mucho territorio por explorar en el mundo de los videojuegos. Historias arriesgadas, experimentos visuales y propuestas incómodas han hecho que el panorama indie aesthetic esté más vibrante que nunca. En ese contexto aparece Indika, desarrollado por Odd Meter y publicado por 11 bit studios, un título lanzado originalmente en 2024 que el pasado 17 de noviembre amplió su alcance con su llegada a Nintendo Switch 2.

Una Rusia deformada por la fe y la culpa

El juego sitúa al jugador en una Rusia decimonónica reinterpretada, un universo oscuro y casi onírico donde un monasterio perdido en Siberia funciona como refugio y prisión a la vez. Ahí vive Indika, una joven monja a la que sus compañeras miran con desconfianza. 

Le encomiendan la tarea de entregar una carta, pero más que una misión parece una excusa para apartarla del convento. Lo que comienza como un recado trivial pronto se convierte en un viaje espiritual lleno de dilemas morales.

Desde el inicio queda claro que Indika ve el mundo de forma distinta: escucha una voz cuya identidad nunca se pronuncia de forma explícita, pero cuyo origen resulta evidente. Ese susurro, a medio camino entre la tentación y el autoengaño, provoca que la protagonista cuestione los límites que le han impuesto y los que ella misma se ha construido.

Aventura, frustración y un descenso interior

El juego despliega su verdadero potencial una vez fuera del monasterio. El tono contemplativo da paso a una travesía irregular que combina exploración, secuencias narrativas y acertijos que a veces resultan más irritantes que estimulantes, en parte porque las penalizaciones por fallar rompen el ritmo.

A lo largo del viaje aparecen secciones a modo de flashbacks, presentadas como minijuegos de plataformas con estética de 8 bits. Estos fragmentos retro funcionan como grietas en la psique de la protagonista y dan pistas sobre su pasado y las razones que la llevaron a abrazar la vida religiosa.

Un mundo lúgubre que respira con el viento

En lo visual, Indika destaca por su dirección de arte sobria, detallada y expresiva. Los entornos—bosques helados, interiores derruidos, caminos que parecen tragados por la nieve—refuerzan la sensación de aislamiento. El modelado de la protagonista es especialmente cuidado, pero lo que más sorprende es la física realista del hábito, que responde al viento de manera casi hipnótica.

El apartado sonoro contribuye a crear la constante tensión psicológica del juego. No es un título de terror, pero la música y los efectos envuelven cada paso con un velo de inquietud, sobre todo en los pasajes donde la oscuridad lo ocupa todo.

Breve, intenso y perturbador

Con una duración aproximada de cuatro horas, Indika no pretende alargar artificialmente su propuesta. Su fuerza reside en la experiencia en sí: un relato que obliga al jugador a medirse con su propio sentido de la fe, la culpa y el libre albedrío.

Indika está disponible en PlayStation 5, Xbox Series X|S, Nintendo Switch 2 y PC (Steam).

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