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Oaxaca.- En el corazón del Istmo de Tehuantepec, un operativo coordinado por la Secretaría de Marina logró dar un golpe al que se considera uno de los grupos criminales más violentos de la región: la célula Comandante Cromo. El blanco fue Carlos N, alias “Cali”, presunto operador clave encargado de extorsiones, robo de combustible y tráfico de drogas a lo largo de la estratégica ruta del Tren Interoceánico.
El cateo se realizó en un inmueble del Rancho El Llano, en Juchitán de Zaragoza, donde las autoridades decomisaron un arsenal impresionante: seis armas largas, 27 cargadores, 760 cartuchos, 13 chalecos balísticos, 19 cascos, botas tácticas, equipo especializado y 54 dosis de metanfetamina. La escena, según fuentes de la investigación, refleja la militarización y el poder que este grupo había consolidado en la zona.
La captura de “Cali” es parte de un rompecabezas mayor: la célula del Comandante Cromo está dirigida por Iván Sánchez Santiago, alias Cromo, objetivo prioritario desde abril de 2024. Los operativos previos de la Operación Sable habían permitido detener a 58 personas en 2025, incluyendo a J.H.M.C., alias Koki, segundo al mando, vinculado directamente con el Cártel de Sinaloa, y a P.A.T.V., alias El Tonche, también en la línea de mando.
Según fuentes de seguridad, la organización no opera de manera aislada: mantiene alianzas con los principales cárteles nacionales, incluidos el CJNG y el Cártel de Sinaloa, utilizando la ruta del Tren Interoceánico como corredor para transporte de drogas y armas, y aprovechando puntos estratégicos de robo de combustible conocidos como huachicol fiscal.
Los habitantes del Istmo viven bajo la presión constante de estas redes. Extorsiones, robos y violencia son parte del día a día, y aunque los operativos han debilitado parcialmente a la organización, la célula sigue siendo una fuerza relevante. La coordinación entre Marina, Sedena, Guardia Nacional, FGR y FGE de Oaxaca refleja la magnitud del desafío: un combate que va más allá de simples detenciones y apunta a desarticular redes criminales que operan con sofisticación y brutalidad.
La detención de “Cali” ofrece un vistazo al funcionamiento interno del Comandante Cromo: jerarquías estrictas, tráfico de drogas bajo licencias falsas y conexiones con cárteles que operan en todo México. Ahora, las autoridades deberán investigar si este golpe logra romper la cadena criminal o si otros operadores retomarán rápidamente el control de la zona.
El Istmo de Tehuantepec, epicentro de la logística del Comandante Cromo, sigue siendo un territorio en disputa. Y mientras la violencia se mantiene latente, las fuerzas federales trabajan contra reloj para cortar de raíz la red de extorsión, huachicol y tráfico de armas que ha mantenido al sur de México bajo la sombra del crimen organizado.