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Gobierno presume baja en homicidios, pero expertos advierten manipulación estadística y violencia persistente

La disminución estadística en homicidios contrasta con un contexto de creciente violencia política y criminal: alcaldes asesinados, desplazamientos forzados y reaparición de grupos armados.

El gabinete de seguridad de Sheinbaum.

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Ciudad de México.— El gobierno federal volvió a presentar cifras a la baja en materia de homicidios dolosos. Durante la conferencia matutina de este lunes, Marcela Figueroa Franco, secretaria ejecutiva del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), informó que el promedio diario de homicidios en México descendió de 77.1 casos en enero a 54.5 en octubre de 2025, una reducción del 37 por ciento respecto a septiembre de 2024.

Según el reporte oficial —con corte al 31 de octubre y elaborado a partir de los datos de las 32 fiscalías estatales— el gobierno de Claudia Sheinbaum sostiene que la tendencia de violencia letal muestra un “descenso sostenido”, en línea con la estrategia de seguridad implementada desde el inicio de su administración.

“Se trata del nivel más bajo de homicidios dolosos desde 2017”, subrayó Figueroa, quien atribuyó los resultados a la “coordinación interinstitucional y el fortalecimiento de la Guardia Nacional en las regiones prioritarias”.

Cifras en duda

Sin embargo, especialistas y organizaciones civiles advirtieron que los anuncios de reducción delictiva del gobierno federal suelen emitirse sin contexto, pues dependen de registros locales con amplias variaciones y sin auditoría independiente.

De acuerdo con el Observatorio Nacional Ciudadano (ONC), las estadísticas de homicidio “no reflejan necesariamente una disminución real de la violencia, sino un cambio en la forma de clasificación y registro de los delitos por parte de las fiscalías estatales”.

“Es un error comparar promedios diarios de diferentes cortes temporales sin mostrar la tendencia acumulada anual ni los ajustes por reclasificación”, señaló Francisco Rivas, director del ONC. “Hay estados que reducen sus cifras simplemente porque reclasifican los casos de homicidio doloso como culposo o porque los reportes se retrasan”, añadió.

Contexto de violencia regional

Aunque el promedio nacional refleja un descenso, los datos desagregados —que el gobierno no presentó públicamente— muestran focos rojos persistentes en entidades como Michoacán, Guanajuato, Jalisco, Guerrero y Zacatecas, donde la disputa entre grupos criminales mantiene tasas de violencia muy por encima del promedio nacional.

En Michoacán, por ejemplo, la ejecución del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, a principios de noviembre, evidenció que los grupos armados continúan actuando con capacidad letal en zonas urbanas, pese al despliegue de la Guardia Nacional.

Según analistas consultados, el anuncio de este lunes forma parte de una narrativa de control que busca contrastar los primeros meses del gobierno de Sheinbaum con los de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, quien enfrentó un aumento histórico de homicidios durante su sexenio.

“Más que una reducción sostenida, lo que vemos es una administración que intenta construir un relato de eficacia temprana”, comentó la especialista en políticas públicas María Elena Morera, presidenta de Causa en Común. “Pero sin cambios estructurales en las fiscalías, las policías locales y el sistema judicial, las cifras no significan menos violencia para la ciudadanía”.

Efecto político

La presentación del reporte también tiene lectura política. El gobierno federal busca mostrar resultados concretos en seguridad justo cuando Morena enfrenta presiones internas por la militarización del país y críticas de la oposición por los resultados de la Guardia Nacional, cuya integración definitiva a la Secretaría de la Defensa Nacional sigue bajo revisión constitucional.

Además, la disminución estadística en homicidios llega en un contexto de creciente violencia política y criminal: alcaldes asesinados, desplazamientos forzados y reaparición de grupos armados en estados del sur y occidente del país.

A pesar del optimismo oficial, el propio Sistema Nacional de Seguridad Pública reconoció que los delitos de alto impacto como secuestro, extorsión y desaparición no muestran la misma tendencia a la baja.

En su informe, Figueroa Franco aseguró que “el compromiso del gobierno federal es continuar fortaleciendo la coordinación entre estados, municipios y la federación”, sin ofrecer detalles sobre las estrategias diferenciales o territoriales para las zonas más violentas.

Balance

El anuncio de este lunes refuerza la línea discursiva del nuevo gobierno: mostrar resultados en seguridad y control territorial en menos de un año. Pero mientras las cifras oficiales insisten en el descenso, la percepción ciudadana —y los registros independientes— apuntan a una realidad más fragmentada y desigual: regiones pacificadas y otras que continúan atrapadas en una violencia estructural que las cifras del gobierno apenas rozan.

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