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Washington.- El Ejército de Estados Unidos puso en marcha el Comando del Hemisferio Occidental (USAWHC, por sus siglas en inglés), una nueva estructura militar con sede en Fort Bragg que integra al Comando de Fuerzas del Ejército, el Ejército Norte y el Ejército Sur en un solo cuartel general operativo.
El nuevo mando busca unificar y coordinar todas las operaciones del Ejército estadounidense en el hemisferio occidental —es decir, en todo el continente americano— con el fin de consolidar su presencia estratégica en la región. Su creación ocurre en un momento de mayor presión militar y de seguridad de Estados Unidos sobre América Latina, marcado por acciones contra el tráfico de drogas en el Caribe, operativos de interdicción, bombardeos a embarcaciones sospechosas y crecientes tensiones políticas por las amenazas del expresidente Donald Trump de realizar incursiones en países como México y Venezuela.
Este martes asumió el liderazgo del USAWHC el general Joseph A. Ryan, quien ostenta un rango de cuatro estrellas, el segundo más elevado en la jerarquía militar estadounidense.
De acuerdo con información oficial, el nuevo comando será responsable de supervisar planes, operaciones, posicionamiento de tropas y proyección de fuerza en apoyo a los Comandos Norte y Sur, en línea con las prioridades estratégicas de Washington.
El Ejército calcula que el USAWHC alcanzará su capacidad operativa inicial en febrero de 2026, y que para el verano de ese mismo año logrará su capacidad plena, momento en el que asumirá completamente las responsabilidades operativas actualmente distribuidas entre los comandos Norte y Sur.
En su descripción institucional, el USAWHC se define como el “Ejército de Teatro de Operaciones” del hemisferio occidental encargado de fortalecer la defensa del territorio nacional, apoyar a autoridades civiles en situaciones de crisis, impulsar la cooperación en seguridad con países de la región, preparar y desplegar fuerzas terrestres para misiones globales y regionales, articular capacidades con otras agencias y garantizar la movilización de fuerzas de reserva para proteger los intereses estratégicos de Estados Unidos en el continente.
