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El cardenal Robert Francis Prevost se convirtió este jueves en el primer pontífice estadounidense de la historia al asumir el nombre de León XIV, en un contexto de crecientes tensiones económicas globales marcadas por la política arancelaria del presidente Donald Trump.
La elección del nuevo papa ocurre cuando Estados Unidos reportó en marzo un déficit comercial récord de 140,500 millones de dólares, atribuido en parte a las compras anticipadas de empresas que buscaban evitar los aranceles anunciados por la administración Trump. El Departamento de Comercio estadounidense registró importaciones por 419,000 millones de dólares, el nivel más alto en la historia.
El presidente Trump celebró la elección del cardenal Prevost a través de su plataforma Truth Social: "Es un honor que sea el primer Papa estadounidense". El secretario de Estado Marco Rubio afirmó que el país busca "profundizar su duradera relación con la Santa Sede" con este nombramiento histórico.
León XIV, de 69 años y con amplia experiencia pastoral en Perú, asume el liderazgo de la Iglesia Católica en un momento complejo para las relaciones internacionales. Las medidas comerciales de Trump, que incluyen aranceles recíprocos anunciados el 2 de abril, han generado incertidumbre en los mercados globales y tensiones con socios comerciales clave.
El nuevo pontífice, descrito como moderado y conciliador, enfrenta el desafío de navegar estas tensiones geopolíticas mientras mantiene la neutralidad tradicional del Vaticano. Analistas señalan que su perfil internacional -con raíces estadounidenses, peruanas y españolas- podría facilitar diálogos en este escenario complejo.
