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Opinión.- Hace seis años, en las elecciones presidenciales del 2018, el Partido Revolucionario Institucional, se encontraba, digamos, entero: era el partido en el poder presidencial, participó solo en esa contienda electoral, teniendo a José Antonio Meade Kuribreña como candidato a presidente de México.
En Guerrero también estaba entero, tenían al gobernador Héctor Astudillo Flores y la mayoría en el Congreso Local. Manuel Añorve Baños fue su candidato al Senado y toda la vieja clase priista lo apoyó en sus aspiraciones, era la contienda del orgullo priista en Guerrero, pues si bien sabían que Andrés Manuel López Obrador ganaría las elecciones convirtiéndose así en el primer presidente de izquierda en México, en el caso de la senaduría, darían la batalla por lograr ser la fórmula de primera minoría.
Y efectivamente así fue, Manuel Añorve Baños perdió la elección ante Félix Salgado Macedonio, pero logró ser Senador por el principio de primera minoría, ya que obtuvo 324 mil 643 votos, apenas 10 mil votos más que la experredista y ahora morenista, Beatriz Mojica Murga, pero muy lejos de los 700 mil votos de Salgado Macedonio.
Ahora la historia del PRI en México y en Guerrero es diametral opuesta a la del 2018, pues no solo perdieron la presidencia de México y ya no tiene la gubernatura ni la mayoría del Congreso, sino que está fracturado, herido de muerte y en caída libre.
De 2022 a 2024 han renunciado sus principales liderazgos, es decir lo que le daba sustento y le permitía tener un voto duro en la entidad. Todos ellos lo han abandonado ante las imposiciones, arbitrariedades y argucias leguleyas de las que se valió Alejandro Moreno (Alito) para mantenerse como dirigente nacional e imponer a Manuel Añorve para reelegirse al Senado.
Héctor Astudillo Flores, Mario Moreno Arcos, los hermanos Taja, Erika Lührs, Gabriela Bernal, Carlos Guerrero, Samuel Reséndiz, Salomón Majul, Gisela Ortega, Amed Salas, Ricardo Astudillo y cientos de regidores y líderes seccionales, renunciaron masivamente al PRI.
Es decir, el voto duro del PRI ya no existe, ahora solo tiene los votos que se quedaron a vivir del cascarón priista, comandado por Añorve Baños, con un liderazgo cada vez más debilitado y envuelto en las “guerras sucias” que se han presentado en esta contienda electoral de 2024.
Una de estas renuncias significativas, es la de Enrique Galeana Chopín, quien el pasado mes de febrero también presentó su renuncia como secretario de Organización del Comité Directivo Estatal del PRI; es decir, renunció el que manejaba la estructura electoral priista, el que garantizaba el voto duro del PRI.
Y tan mal está Manuel Añorve Baños que, se le olvidó informar a su dirigente nacional “Alito” que Galeana Chopín había renunciado, ya que el pasado 24 de abril, Graciela Ortiz González, secretaria de Organización del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), llegó a Chilpancingo preguntando por Galeana Chopín para tener una reunión de estructura, sin saber que ya no era priista,
Luego entonces, si hace seis años, sin un PRI fracturado y con todo el apoyo de los principales liderazgos estatales, Añorve Baños solo logró sacar 324 mil votos, se ve complicado que logre mantener intactos esos votos y menos que los incremente, ya que, el PRD y PAN, partidos integrantes de la coalición que lo postula, también van en caída libre, el primero a punto de perder su registro y el segundo inexistente en el estado.
De acuerdo con la reciente encuesta, dada a conocer por el investigador de la Universidad Autónoma de Guerrero, Gabino Solano Ramírez, el partido Movimiento Ciudadano, desplazó en Acapulco a la Coalición Fuerza y Corazón por México, tanto en la presidencia municipal de Acapulco como en la presidencia de la República.
Lo anterior va en congruencia con el reciente Simulacro Electoral Universitario 2024, en donde también el candidato de Movimiento Ciudadano Jorge Álvarez Máynez quedó en segundo lugar al obtener el 23% de los votos y muy lejos con un 8.5% quedó la candidata de Fuerza y Corazón por México, Xóchitl Gálvez Ruiz. En este ejercicio electoral participaron más de 250 mil estudiantes de 480 planteles educativos en el país.
Por todo esto, resulta inverosímil la encuesta dada a conocer el 7 de mayo por Massive Caller, en donde coloca en segundo lugar a Manuel Añorve Baños candidato de la Coalición Fuerza y Corazón por México, con 26.0% de la preferencia electoral, a tan solo 12 puntos de la fórmula morenista integrada por Beatriz Mujica y Félix Salgado y coloque un lejano tercer lugar a Mario Moreno, con un 11.2% de las preferencias electorales.
Muchos dicen que la principal debilidad de Movimiento Ciudadano es su carencia de estructura electoral, pero sin duda, será el partido con mayor crecimiento en esta contienda electoral, y no hay que olvidar que las famosas “estructuras electorales” no son más que la gente que promueve el voto y defiende en las casillas, y que, sumadas a las estructuras de los exprisitas, Movimiento Ciudadano también cuenta con las estructuras de los exmorenistas: Luis Enrique Saucedo, Sergio Montes, Masedonio Mendoza, entre otros. Por cierto, ni PRI ni el PRD pudieron registrar candidato a presidente municipal en Copala.
