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“El Azul” retumba en Jalisco: Junior H desafía la ley y enciende al público

El intérprete de corridos tumbados rompió la prohibición de narcocorridos y podría ser multado con hasta 400 mil pesos.

Interpreta “El Azul” y “El hijo mayor” en pleno veto a narcocorridos.

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Guadalajara, Jal. — En abierto desafío al reglamento que prohíbe la interpretación de narcocorridos en espacios públicos, el cantante Junior H entonó los temas El Azul y El hijo mayor durante su presentación en el Palenque de las Fiestas de Octubre en Jalisco, la noche del lunes.

El intérprete, uno de los exponentes más populares de los llamados corridos tumbados, incluyó en su repertorio los temas que hacen alusión a figuras del Cártel de Sinaloa, entre ellas Juan José Esparragoza Moreno, “El Azul”, y Joaquín “El Chapo” Guzmán, pese a que la interpretación de este tipo de canciones está expresamente prohibida en eventos masivos del estado.


El desafío desde el escenario

Ante un recinto lleno, Junior H —cuyo nombre real es Antonio Herrera Pérez— sorprendió a su audiencia al interpretar El Azul, tema que popularizó junto a Peso Pluma, Natanael Cano y otros artistas del género.
El público respondió con euforia: de pie, coreó la pieza que incluye la frase “en la sangre traigo al 701”, referencia directa al número con el que Forbes clasificó a Guzmán Loera entre los hombres más ricos del mundo.

La ovación contrastó con la advertencia municipal vigente desde marzo, cuando el Gobierno de Zapopan y el de Jalisco reforzaron su política de “cero tolerancia” a la apología del delito en conciertos y ferias populares.


Sanciones en curso

El alcalde Juan José Frangie confirmó que el Ayuntamiento revisa videos y testimonios para determinar si el artista y los organizadores violaron el reglamento.
“Vamos a verificar los materiales del concierto; si se confirma que interpretó narcocorridos, se aplicará la sanción correspondiente”, dijo en entrevista.

De acuerdo con la normativa local, la multa puede alcanzar hasta 400 mil pesos, monto que se aplicaría tanto al cantante como a su representante y al recinto ferial. Durante el evento, el municipio desplegó más de 120 inspectores para supervisar el cumplimiento del reglamento, aunque ninguno detuvo la presentación.

Junior H tiene programada otra fecha el próximo 23 de noviembre en la Plaza de Toros Nuevo Progreso, en Guadalajara. Frangie adelantó que habrá una vigilancia especial para evitar la repetición del episodio.


Un historial de polémicas

El desafío no es menor: el cantante fue amenazado en septiembre mediante una narcomanta colocada en Tijuana, presuntamente firmada por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
El mensaje, exhibido en un puente peatonal de la colonia Buena Vista, advertía que se abstuviera de presentarse en la ciudad como parte de su gira México en Lágrimas Sad Boyz Tour 2025.

Pese a la amenaza, Junior H mantuvo su agenda de conciertos y ha continuado interpretando corridos alusivos a capos del narcotráfico, consolidándose como una de las voces más escuchadas del género en plataformas digitales, junto a Peso Pluma y Natanael Cano.


Una tendencia en todo el país

El episodio se suma a una serie de casos recientes que evidencian las dificultades de las autoridades locales para frenar la apología del delito en espectáculos públicos.

En Apatzingán, Michoacán, la agrupación Los Originales de San Juan interpretó el corrido La raza michoacana a solicitud expresa de la alcaldesa Fanny Arreola Pichardo, durante la feria municipal, pese a que en esa entidad se aprobaron sanciones de hasta seis meses de cárcel por promover mensajes que exalten la delincuencia.

En Querétaro, el cantante Edén Muñoz enfrenta una posible multa de 1.14 millones de pesos por haber cantado Javier de los Llanos, dedicado a un exlíder del Cártel de Sinaloa, durante un concierto en el que la canción no estaba autorizada.


Cultura popular y control institucional

El Gobierno de Jalisco ha defendido la restricción como medida preventiva ante el incremento de la violencia ligada a organizaciones criminales en la zona metropolitana de Guadalajara.
Sin embargo, críticos y músicos del género han señalado que la prohibición roza la censura artística y difícilmente frena la influencia cultural del narcocorrido, que sigue acumulando millones de reproducciones en redes sociales y plataformas de streaming.

Mientras las autoridades analizan sanciones, el episodio de Junior H exhibe nuevamente la frontera difusa entre la cultura popular y la narrativa del poder criminal: un terreno donde la música desafía la norma y la política reacciona tarde, entre aplausos y polémica.

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