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La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), rebajó este lunes su pronóstico de crecimiento mundial para 2025 en de 0,2% a 3,1% debido a las crecientes señales de debilidad en medio de un crecimiento ya más lento y una inflación rígida, así como tensiones comerciales y geopolíticas.
Para el caso de México, las proyecciones se realizaron asumiendo que los aranceles entre Canadá y Estados Unidos y entre México y Estados Unidos aumentarían un 25% adicional a partir de abril y que México sería el más afectado por la cruzada comercial de Trump.
Los informes advirtieron que la economía de México se contraería un 1,3% este año y un 0,6% en 2026, lo que lo llevaría a una profunda recesión, mientras que el crecimiento de Canadá se reduciría a la mitad, al 0,7%, y permanecería estable hasta 2026.
Moderar los aranceles, o reducir la gama de bienes que cubren, beneficiaría significativamente las perspectivas económicas de los tres, pero el impacto aún se filtraría en un crecimiento global más débil de lo esperado, advirtió la OCDE.
El organismo intergubernamental había esperado que la economía mundial se expandiera a un ritmo más rápido que el 3,2% visto en 2024, pero lo revisó a la baja, atribuyendo la desaceleración a las mayores barreras comerciales en varias economías del G20 y al aumento de la incertidumbre política que pesa sobre la inversión y el gasto de los hogares, según su informe provisional de perspectivas económicas.
La rebaja se debió en gran parte a su proyección de que el crecimiento se debilitará en los tres principales motores de crecimiento económico del mundo: Estados Unidos, la Unión Europea y, en menor medida, China.
La OCDE estima que el crecimiento anual del PIB real en Estados Unidos, la mayor economía del mundo, se desacelerará drásticamente desde su fuerte ritmo del 2,8% en 2024 al 2,2% en 2025 y caerá aún más en 2026 al 1,6%.
Se había pronosticado que la economía estadounidense crecería un 2,4% este año, pero los economistas de la OCDE revisaron a la baja el crecimiento por temores de que los aranceles del presidente estadounidense Donald Trump a las importaciones de los socios comerciales a Estados Unidos fueran inflacionarios, empujando la inflación "más alto de lo esperado anteriormente".
En cambio, se proyectaba que el crecimiento del PIB real de la zona euro continuaría ascendiendo, aunque a un ritmo ligeramente menor, alcanzando el 1 % en 2025, frente al 0,7 % de 2024, en comparación con el 1,3 % que la OCDE había previsto en diciembre. Esta tendencia se mantendrá el próximo año, con un crecimiento en 2026 también significativamente inferior al previsto, del 1,2%, muy por debajo del 1,5 % previsto por la organización.
Se proyecta que el crecimiento chino se desacelerará un 0,2% hasta el 4,8% este año, muy levemente más de lo esperado, y luego más pronunciadamente en 2026 hasta el 4,4%.
La maldición de los aranceles
El informe advirtió que ahora se proyecta que la inflación básica se mantendrá por encima de los objetivos de los bancos centrales en muchos países en 2026, incluido Estados Unidos.
Para las economías del G20, la OCDE prevé una inflación general anual un 0,3% mayor que lo previsto este año y en 2026, alcanzando un pico del 3,8% antes de desacelerarse al 3,2% en 2026.
Las proyecciones se realizaron asumiendo que los aranceles entre Canadá y Estados Unidos y entre México y Estados Unidos aumentarían un 25% adicional a partir de abril y que México sería el más afectado por la cruzada comercial de Trump.
Los informes advirtieron que la economía de México se contraería un 1,3% este año y un 0,6% en 2026, lo que lo llevaría a una profunda recesión, mientras que el crecimiento de Canadá se reduciría a la mitad, al 0,7%, y permanecería estable hasta 2026.
Moderar los aranceles, o reducir la gama de bienes que cubren, beneficiaría significativamente las perspectivas económicas de los tres, pero el impacto aún se filtraría en un crecimiento global más débil de lo esperado, advirtió la OCDE.
“La economía mundial ha demostrado cierta resiliencia, con un crecimiento estable y una inflación a la baja. Sin embargo, han surgido algunos indicios de debilidad, impulsados por una mayor incertidumbre política”, afirmó el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann.
El aumento de las restricciones comerciales contribuirá a un aumento de los costos tanto de producción como de consumo. Sigue siendo esencial garantizar un sistema de comercio internacional basado en normas y que funcione correctamente, y mantener los mercados abiertos.
El informe advierte sobre una serie de otros riesgos para el crecimiento global encabezados por temores de nuevos golpes al comercio libre y abierto y a la volatilidad derivada de una desaceleración sorpresiva, un cambio de política o una desviación de la actual senda de desaceleración de la inflación que podría provocar correcciones en el mercado, salidas de capital e inestabilidad cambiaria, especialmente entre los mercados emergentes.
El riesgo se vio magnificado por los altos niveles de deuda pública y las burbujas de valoración de activos, añadió.
Ante estos desafíos, las Perspectivas destacan las prioridades políticas clave. Los bancos centrales deben mantenerse alertas ante la creciente incertidumbre y la posibilidad de que el aumento de los costos comerciales incremente la presión sobre los precios.
Sin embargo, la OCDE dijo que esperaba que las reducciones de las tasas de interés continuaran en las economías donde se proyectaba que la inflación subyacente se moderaría y el crecimiento de la demanda agregada era moderado, siempre y cuando "las expectativas de inflación se mantuvieran bien ancladas y las tensiones comerciales no se intensificaran aún más".
Agregó que se requieren acciones fiscales inequívocas para asegurar la sostenibilidad de la deuda, margen para enfrentar shocks futuros y generar reservas para cumplir con grandes pasivos de gasto futuros, así como un mayor compromiso con la realineación del gasto presupuestario hacia políticas que respalden el crecimiento a largo plazo.