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- La viuda de Navalny expresó su dolor y orgullo en redes sociales, prometiendo vivir de manera que él esté orgulloso.
Moscú, 2 de febrero de 2024- En un acto de despedida, miles de personas se congregaron en Moscú para el funeral de Alexei Navalny, destacado líder opositor y crítico del presidente Vladímir Putin, fallecido en circunstancias aún no esclarecidas en una colonia penal en el Ártico.
La ceremonia tuvo lugar dos semanas después de su muerte, en medio de una fuerte presencia policial y sin reportes de detenciones.
El funeral se llevó a cabo en la Iglesia del Icono de la Madre de Dios en Moscú, tras una breve ceremonia ortodoxa, y posteriormente Navalny fue sepultado en un cementerio en las afueras de Moscú.
Pese a las barricadas levantadas por la policía antidisturbios en la iglesia y el cementerio, la ceremonia transcurrió pacíficamente, con los asistentes portando flores y entonando consignas en contra del gobierno.
La viuda de Navalny, Yulia Navalnaya, quien reside en el extranjero y no estuvo presente en el funeral, compartió un emotivo mensaje en Instagram, agradeciendo a su esposo por «26 años de absoluta felicidad» y expresando su deseo de vivir de una manera que lo haga sentir orgulloso.
Diversas iglesias en Moscú inicialmente se negaron a realizar la misa por Navalny, quien se había destacado por su lucha contra la corrupción oficial y había organizado protestas multitudinarias.
Sin embargo, se obtuvo permiso en la Iglesia del Icono de la Madre de Dios Alivia mi Sufrimiento, rodeada de barreras de control de multitudes para el evento.
El ataúd de Navalny fue recibido con aplausos y cánticos de su nombre, mientras algunos asistentes proclamaban su valentía y rechazo a la guerra.
Diplomáticos occidentales y políticos locales se unieron a la larga fila para rendir homenaje, aunque sus candidaturas para enfrentarse a Putin en las próximas elecciones no fueron aprobadas.
La madre de Navalny, Lyudmila Navalnaya, había luchado durante ocho días para que las autoridades le entregaran el cadáver de su hijo tras su muerte el 16 de febrero.
La comunidad internacional y figuras públicas han culpado al gobierno ruso por la muerte de Navalny, acusaciones que el Kremlin ha rechazado.
El vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, instó a los presentes a respetar la ley y recordó que cualquier concentración no autorizada es ilegal.
