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Tras 25 años de operaciones, la delegación de la Cruz Roja en Cuajinicuilapa cerró definitivamente sus puertas. La decisión se concretó luego de que el huracán Erick provocara severos daños a sus instalaciones el pasado 19 de junio, sumándose a una serie de dificultades acumuladas que hicieron inviable su funcionamiento, informaron ex voluntarios y dirigentes locales.
El anuncio del cierre trascendió el sábado 5 de julio a través de redes sociales, donde voluntarios y directivos publicaron mensajes de despedida. Entre ellos, Emmanuel Urióstegui, uno de los responsables de la institución, confirmó el fin de las actividades, destacando que la delegación había operado durante más de dos décadas gracias a la labor de socorristas y personal completamente voluntario.
La Cruz Roja Cuajinicuilapa brindó apoyo en innumerables emergencias, incluyendo accidentes sobre la carretera federal 200 que conecta Acapulco con Pinotepa, además de traslados de pacientes heridos a hospitales de la región. Asimismo, impartió cursos de capacitación a elementos de Protección Civil de varios municipios de la Costa Chica, destacando casos como Ometepec, donde personal local fue formado inicialmente en esta delegación.
Entre los motivos que propiciaron el cierre se encuentra la falta de relevo generacional de socorristas, el desgaste de su equipo y la escasa participación de la comunidad para sostener sus operaciones. Según testimonios publicados, pese a los múltiples llamados para integrarse o colaborar, la respuesta de la población fue limitada y, en ocasiones, indiferente.
Ex integrantes de la Cruz Roja señalaron que, desde sus inicios, la delegación nunca contó con recursos públicos permanentes y que sobrevivía gracias a colectas, donativos locales y actividades realizadas por las Damas Voluntarias y otros miembros. Sin embargo, los daños materiales provocados por el huracán Erick, que afectaron gravemente las instalaciones, terminaron por precipitar su cierre.
En un mensaje compartido en redes sociales, Urióstegui describió que durante 25 años la delegación enfrentó obstáculos relacionados con burocracia, racismo y falta de apoyo institucional. Afirmó que la organización surgió como un esfuerzo comunitario ante la carencia de servicios médicos en la región, pero que finalmente no logró sostenerse por falta de respaldo social e institucional suficiente.
Por su parte, ex voluntarios manifestaron que el cierre de la Cruz Roja representa una pérdida considerable para Cuajinicuilapa, especialmente porque durante años fue el principal recurso para atender emergencias médicas en la cabecera municipal y localidades cercanas. En sus publicaciones, reconocieron el esfuerzo del personal que, sin percibir salario, brindó auxilio en situaciones de urgencia, muchas veces con recursos propios.
A pesar del cierre, algunos ex integrantes expresaron su intención de continuar colaborando de manera individual o desde otras instancias para ofrecer auxilio a la población. Sin embargo, advirtieron que, por ahora, el municipio se queda sin una institución organizada que coordine traslados y atención de emergencias.
Hasta el momento, no se ha informado sobre la posibilidad de reactivar la delegación ni de que otra institución asuma las funciones que desempeñaba. Autoridades locales no han emitido un posicionamiento oficial respecto a la situación, ni han detallado planes para cubrir el vacío que deja la Cruz Roja Cuajinicuilapa en la atención de urgencias médicas en esta región de la Costa Chica.