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La relación entre Colombia y Estados Unidos atraviesa su momento más tenso en décadas tras el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. El Departamento de Estado de EE.UU. anunció el retiro a Washington del encargado de Negocios interino en Bogotá, John McNamara, por lo que calificó como “repudiables e infundadas declaraciones” de altos funcionarios del Gobierno de Gustavo Petro.
“Además de la retirada del encargado, Estados Unidos está tomando otras medidas para dejar clara nuestra profunda preocupación por el estado actual de nuestra relación bilateral”, explicó el comunicado oficial. A pesar de la crisis, el senador republicano Marco Rubio y el propio Servicio Exterior destacaron que Colombia sigue siendo un aliado estratégico y que buscarán salidas diplomáticas.
En respuesta, el presidente Petro también llamó a consultas a su embajador en Washington, Daniel García-Peña. “Corresponsablemente a la llamada a consultas del señor McNamara, llamo a consultas a nuestro embajador”, escribió el mandatario en su cuenta de X.
El conflicto se desató tras la publicación de una investigación del diario español El País, que reveló supuestos contactos del exministro colombiano Álvaro Leyva con legisladores republicanos en Estados Unidos, buscando promover una salida anticipada del poder de Petro. El presidente colombiano denunció públicamente que existía “un golpe en flagrancia” y pidió a la justicia estadounidense investigar.
A esto se sumó la renuncia de la canciller colombiana Laura Sarabia, quien explicó que “se han tomado decisiones que no comparto y que, por coherencia personal y respeto institucional, no puedo acompañar”. Su salida es vista como un golpe para la interlocución moderada que mantenía con Washington, en un contexto de creciente desconfianza.
Expertos consultados por medios internacionales advierten que la crisis no se reduce solo a la llamada “trama Leyva”, sino también a temas sensibles como el aumento de cultivos de coca, la no extradición de miembros de grupos armados y tensiones sobre migración. Sergio Guzmán, director de la consultora Colombia Risk Analysis, advirtió que si Trump decide descertificar a Colombia en materia de lucha contra las drogas, el país podría perder hasta 400 millones de dólares en cooperación internacional.
Aunque ambos gobiernos insisten en que buscarán el diálogo, analistas coinciden en que la relación bilateral está en su nivel más bajo en décadas, con el riesgo de que las fricciones escalen y afecten áreas clave como comercio, seguridad y cooperación antinarcóticos.