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¿Cómo afectarán a México los aranceles anunciados por Trump?

Para México, las medidas representan un riesgo de contracción económica, retaliaciones comerciales y presión sobre sectores clave

El presidente estadounidense Donald Trump

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La propuesta de aranceles del 25% a las importaciones de México y Canadá, anunciada por el presidente estadounidense Donald Trump, podría reducir el crecimiento económico de Estados Unidos en 0.4% y aumentar los impuestos en $1.2 billones entre 2025 y 2034, según un análisis del Tax Foundation. Para México, las medidas representan un riesgo de contracción económica, retaliaciones comerciales y presión sobre sectores clave como el automotriz y la manufactura.

El Tax Foundation, un centro de investigación con sede en Washington, estima que los aranceles propuestos por Trump —25% para México y Canadá (excepto energía canadiense, con 10%) y 10% adicional para China— generarían un aumento promedio de 830 dólares anuales en impuestos por hogar estadounidense en 2025. En el caso específico de México, el impacto se agravaría por su dependencia comercial: en 2024, Estados Unidos importó 466,600 millones en bienes mexicanos, con un déficit comercial de 157,200 millones de dólares.

Erica York, economista senior del Tax Foundation, advierte que estas medidas podrían desencadenar una guerra comercial en Norteamérica, afectando cadenas de suministro integradas y reduciendo la inversión. “Los aranceles funcionan como un impuesto al consumidor: elevan precios, reducen el poder adquisitivo y frenan la productividad”, señaló. El modelo del centro proyecta una pérdida de 286,000 empleos en EE.UU. solo por las tarifas a México y Canadá, con efectos indirectos en México debido a su vinculación económica.

México es el segundo mayor socio comercial de EE.UU., y el 80% de sus exportaciones se destinan a ese mercado. Sectores como automotriz, electrónica y agricultura —que representan el 35% de las exportaciones mexicanas— serían los más perjudicados.

El Tax Foundation destaca que los aranceles podrían reducir la competitividad, pues al encarecer productos mexicanos en EE.UU. favorecería a proveedores de Asia o Sudamérica, mientras que una devaluación del peso podría mitigar parcialmente el impacto, pero aumentaría los costos de importación, y los proyectos nearshoring podrían reconsiderarse ante la incertidumbre arancelaria, desincentivando inversiones.

La presidenta Claudia Sheinbaum afirmó que México responderá con “planes A, B y C”, que incluyen medidas retaliatorias y diversificación de mercados. Sin embargo, el Tax Foundation alerta que represalias mexicanas —como aranceles a productos agrícolas estadounidenses— dañarían aún más la relación bilateral, que acumula $761,000 millones en comercio anual.

Entre 2018 y 2024, los aranceles de Trump y Biden a China, acero y aluminio ya costaron $79,000 millones en impuestos a empresas y consumidores estadounidenses, según el Tax Foundation. Estos gravámenes redujeron el PIB de EE.UU. en 0.2% y eliminaron 142,000 empleos. Para México, la guerra comercial previa desplazó parcialmente importaciones chinas, pero un nuevo ciclo de tensiones amenaza con frenar ese beneficio.

Si Trump implementa los aranceles en febrero de 2025, México enfrentaría una disyuntiva: negociar concesiones en seguridad y migración —como control de fentanilo— o arriesgarse a una contracción económica. El Tax Foundation subraya que, aunque el mercado interno mexicano es resiliente, la dependencia de EE.UU. limita opciones en el corto plazo. Para Washington, el costo también sería alto: 40% de las importaciones estadounidenses de vehículos y componentes provienen de México, y reemplazarlas elevaría precios para consumidores.

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