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Ciudad de México.- La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) vivió este miércoles un intenso debate sobre si es posible reabrir juicios con sentencia firme alegando “cosa juzgada fraudulenta”.
El conflicto surgió a raíz del amparo directo en revisión 6585/2023. La ministra Loretta Ortiz Ahlf presentó un proyecto que sostenía la improcedencia de aplicar la nulidad de juicio concluido del Código de Procedimientos Civiles de CDMX a juicios mercantiles, regulados por el Código de Comercio. Ortiz Ahlf reconoció que personalmente apoyaba esta figura, pero decidió someterse al criterio mayoritario de la Corte.
El proyecto fue rechazado por varios ministros del bloque mayoritario, que argumentaron que los tribunales sí deben poder revisar casos de fraude grave, aun cuando la ley no contemple expresamente la nulidad de juicios concluidos.
En contraste, la ministra Yasmín Esquivel Mossa defendió el principio de cosa juzgada: la Corte no puede crear instancias judiciales no previstas por la ley. La ministra Lenia Batres, por su parte, defendió mecanismos excepcionales para proteger la justicia ante fraudes, cuestionando la postura de Ortiz Ahlf.
El debate escaló en confrontaciones personales, con reproches sobre la forma en que se presentó el proyecto y la defensa de criterios jurisprudenciales mayoritarios frente a opiniones individuales.
El episodio evidencia la tensión dentro de la SCJN: el equilibrio entre la seguridad jurídica y la búsqueda de justicia en casos excepcionales divide a las ministras de la 4T, y deja en evidencia cómo se negocian los límites de la interpretación judicial.