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Canadá y China anunciaron la imposición de aranceles a productos estadounidenses en respuesta a las nuevas tarifas aplicadas por el gobierno de Estados Unidos. La decisión se produce tras el anuncio del presidente Donald Trump de imponer gravámenes del 25% sobre importaciones canadienses y mexicanas, y un 10% adicional sobre productos procedentes de China.
El gobierno canadiense informó que aplicará una tarifa del 25% sobre bienes estadounidenses valorados en 155.000 millones de dólares canadienses. La primera fase de la medida, vigente desde el 4 de febrero de 2025, afectará a productos como jugos, mantequilla de maní, bebidas alcohólicas, electrodomésticos y textiles, entre otros, con un impacto inicial estimado en 30.000 millones de dólares canadienses. Además, el gobierno planea extender los aranceles a sectores como la industria automotriz, el acero, el aluminio y el sector agropecuario, tras un periodo de consulta pública de 21 días.
China, por su parte, calificó las tarifas impuestas por EE.UU. como injustificadas y anunció "contramedidas necesarias" para proteger sus intereses comerciales. Aunque los detalles de su respuesta no han sido divulgados en su totalidad, el gobierno chino señaló que tomará acciones proporcionales para mitigar el impacto de las tarifas sobre su economía y exportaciones.
El presidente Trump justificó la decisión con argumentos relacionados con la inmigración y el combate al narcotráfico, afirmando que los aranceles buscan presionar a estos países para reforzar el control fronterizo y frenar el tráfico de fentanilo. En respuesta, el gobierno canadiense rechazó los señalamientos, destacando que menos del 1% del fentanilo y de los cruces ilegales a EE.UU. provienen de su territorio.
Analistas económicos han advertido que la escalada en las tensiones comerciales podría tener repercusiones en los precios de bienes de consumo en los tres países, con aumentos previstos en sectores como el automotriz, el alimentario y la construcción. La industria manufacturera en Norteamérica podría verse especialmente afectada, debido a la integración de sus cadenas de suministro.
El gobierno de Canadá aseguró que establecerá mecanismos para mitigar los efectos de las contramedidas en sus trabajadores y empresas, incluyendo exenciones en casos excepcionales. Además, reiteró su disposición a continuar el diálogo con EE.UU. y sus aliados comerciales para reducir la incertidumbre económica y defender sus intereses comerciales.