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Tabasco.- La campaña del candidato de Morena a la gubernatura de Tabasco, Javier May, se pone buena. Ahora, como muestra de su incapacidad para trazar puentes de diálogo entre los diferentes sectores ciudadanos, sus operadores y seguidores recurren a la calumnia y la guerra sucia contra artistas y promotores culturales que rechazan a Salvador Manrique, la persona que impuso como enlace con los colectivos culturales.
Javier May comenzó mal su campaña. Nombró, sin consenso, a un personaje siniestro y vulgar como enlace con los creadores artísticos y promotores de cultura.
Manrique es un cantante regular de trova que tiene un bar donde la gente llega a embriagarse mientras escucha sus bromas homofóbicas y misóginas. El candidato May, ignorante de los asuntos culturales del estado, creyó, o alguien le vendió la mala idea, de que un personaje con esa popularidad pedestre, sería un gran activo a su favor.
El rechazo a la propuesta del candidato May fue de inmediato. Manrique no representa a los artistas de Tabasco. Incluso, no pertenece siquiera al sector, pues no es un creador, es solo un cantante que ha hecho de la trova un negocio vulgar que disfrutan políticos que comparten con él el mismo nivel de rusticidad.
Sin propuestas inteligentes, sin consenso, sin conocimientos, May le faltó el respeto a las y los creadores y promotores artísticos y culturales al imponer como enlace con sus colectivos a un individuo tosco y ruin.
El resultado fue que las y los creadores auténticos se refugiaron en lo que mejor saben hacer: fabricar ideas. Fue así que creadores y promotores históricos, junto con nuevas voces, se reunieron para construir una propuesta de cultura fundada en el conocimiento amplio que tienen del sector. Documento que dieron a conocer en conferencia de prensa, el pasado 27 de marzo.
La propuesta dada a conocer, fue un documento crítico de la situación cultural del estado donde no ha existido transparencia ni rendición de cuentas. Una analítica que contrasta con la ocurrencia banal de hacer de la Quinta Grijalva un “complejo cultural”. Una copia de lo hecho en la Ciudad de México con un costo de 10 mil millones de pesos. En el actual sexenio, la mayor parte del presupuesto de cultura, se destinó para pagar a constructores de esa faraónica obra, dejando en la indigencia a creadores y promotores.
La propuesta de las comunidades culturales y su fundamentación crítica, fue coordinada por el poeta y periodista tabasqueño Jeremías Marquines, una de las voces más destacadas de la poesía en México, y exdirector del histórico periódico la “Verdad del Sureste”, impulsor del movimiento de López Obrador en los años 90, cuando el priismo local era su enemigo.
El poeta Marquines llegó de visita a Tabasco para hacer algunas presentaciones de sus libros, tras un largo periodo de radicar en la Ciudad de México, y se sumó a la inquietud de los creadores locales por hacer una propuesta que fuera más allá del simple voluntarismo político-partidista.
Sin embargo, ante el fracaso de Manrique como enlace del candidato May con los agentes culturales, y en respuesta a la conferencia de prensa que dieron para dar a conocer la desastrosa situación de la cultura estatal (incluso con un gobierno morenista como el de Adán Augusto López Hernández ) y la falta de propuestas del lado del candidato para resolver la crisis del sector; la perversa mediocridad enquistada en la estructura de campaña de May Rodríguez ordenó atacar al poeta Marquines difundiendo una calumnia ruin para dañar su autoridad ética y moral como creador, con el fin de igualarlo a la rusticidad vulgar de Manrique.
Para dañar al que ellos creen que “encabeza” a los creadores tabasqueños, usaron la denuncia que hace siete años, una pareja de extorsionadores de Acapulco hizo contra el poeta para despojarlo de sus bienes y afectar su imagen, la supuesta acusación fue rechazada por falsa y el poeta fue absuelto de esa acusación de forma definitiva por una jueza en tribunales, y los acusadores quedaron sujetos a la acción penal, justamente por falsedad y calumnias.
El poeta Jeremías Marquines es después de Pellicer, Gorostiza y Becerra, de acuerdo a la crítica literaria especializada, el cuarto poeta más importante a nivel nacional e internacional que ha generado Tabasco en los últimos tiempos. Ha sido formador de generaciones de escritores y periodistas, solidario con muchas causas sociales, no necesita estar disputando cargos de ruindad y miseria como lo hace el tal Manrique y sus secuaces.
La gente que está enquistada en la campaña de May Rodríguez lo ha conducido mal. Lo han llevado a un nivel de enfrentamiento y discordia con las comunidades culturales, en lugar de reconocer que hay una crisis gravísima que requiere atención creativa y urgente. La propuesta cultural del representante de May, improvisada y mediocre, no es la solución a esta grave crisis en el arte y la cultura en el estado, ni siquiera es alguien con el que se pueda conversar inteligentemente, mucho menos de manera honesta. Dicen algunos que ya está repartiendo direcciones de la Secretaría de Cultura seguro de que May Rodríguez lo nombrará secretario porque son amigos.
El problema cultural de Tabasco es justamente por gente como Manrique, oportunistas, ruines, mediocres y si escrúpulos que han puesto al frente de la conducción cultural del estado. El candidato May aún tiene tiempo de corregir este error, debe dejar de crear discordia y enfrentamiento con las comunidades culturales y buscar su inclusión.
May Rodríguez y los otros candidatos deben entender que la cultura es un elemento vital de la ciudadanía, incluso, puede llegar a convertirse en el remedio para enfrentar los desafíos actuales que como sociedad enfrentamos: el crimen y la violencia, pero con gentes como Manrique a cargo del gobierno, mejor que el señor nos agarre confesados, como dicen.
