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Quintana Roo.- La Secretaría de Seguridad Ciudadana de Quintana Roo difundió en su cuenta de X la captura de Marcos Josué “N”, a quien las autoridades estatales ubican como el principal operador logístico del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en la región norte. De acuerdo con la corporación, el detenido fungía como enlace para el flujo de armas y equipo táctico hacia los municipios de Benito Juárez, Puerto Morelos, Isla Mujeres y Kantunilkín, cabecera de Lázaro Cárdenas.
El operativo, ejecutado en esa misma zona, fue coordinado por la SSC y la Secretaría de Marina. Ambos detenidos quedaron bajo investigación por presuntos delitos contra la salud y violaciones a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos.
La dependencia detalló un arsenal que refleja la capacidad de fuego que el grupo criminal ha consolidado en la región: dos pistolas con cargadores abastecidos; 32 fusiles de asalto —todos con cargador, algunos con decenas de cartuchos—; 12 armas cortas adicionales; 125 cargadores para armas largas y dos supresores de sonido. A ello se suman cuatro granadas antimotín y cuatro químicas, así como decenas de cajas de municiones de distintos calibres.
Junto al armamento fueron asegurados nueve chalecos antibalas, prendas con la leyenda “Deltas Q. Roo CJNG”, gorras “Operativas Jaguar” y parches del mismo grupo, material que apunta a una estructura con identidad operativa propia. También se hallaron drogas: dos bolsas grandes de marihuana, decenas de dosis del mismo enervante, 52 envoltorios con fragmentos tipo cristal y 50 con polvo blanco parecido a la cocaína.
El inventario decomisado incluye además libretas con posibles registros internos, mochilas, cajas plásticas, una nevera, una maleta, teléfonos celulares, dos pares de placas vehiculares de Jalisco y tres drones —uno con controlador y baterías—, además de dos vehículos: una Volkswagen T-Cross gris y una Nissan Frontier blanca.
Tras su detención, los implicados fueron remitidos a la Fiscalía Especializada en Combate al Narcomenudeo.
El CJNG, considerado desde hace años por Washington como una organización de alcance transnacional y clasificada en su lista de agrupaciones terroristas, mantiene —junto con el Cártel de Sinaloa— una de las estructuras criminales más expansivas del continente.