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Oracle enfrenta una creciente presión financiera y de mercado tras su apuesta por la infraestructura de inteligencia artificial, impulsada por un acuerdo de 300 mil millones de dólares con OpenAI. Aunque la alianza la colocó de lleno en la competencia por los servicios de cómputo para IA, también la ha expuesto a la volatilidad del sector. En las últimas semanas, sus acciones han caído ante la percepción de que Google estaría superando a OpenAI en ese terreno, lo que ha afectado a la compañía fundada por Larry Ellison.
La desconfianza también alcanzó al mercado de deuda. Inversores han vendido bonos de Oracle mientras aumentan las compras de swaps de incumplimiento crediticio (CDS), instrumentos que funcionan como seguro ante un posible impago. Los CDS de la firma —que mantiene una deuda cercana a los 100 mil millones de dólares— subieron casi 12 puntos básicos el jueves, alcanzando su nivel más alto en al menos cinco años. En el tercer trimestre, Oracle figuró entre los 20 emisores corporativos con mayor volumen diario negociado de CDS, con un promedio nocional de 75 millones de dólares, un salto de 650% respecto al año anterior.
El aumento del gasto en infraestructura ha sido un factor clave. La empresa quemó unos 10 mil millones de dólares en efectivo durante el primer semestre de su ejercicio fiscal para sostener inversiones en IA, y ahora prevé que su gasto para 2026 será 15 mil millones mayor de lo estimado en septiembre. A ello se suma que no cumplió las expectativas de Wall Street en métricas de futuros contratos en la nube y proyectó un crecimiento de ingresos trimestrales por debajo de las previsiones.
El retroceso no fue exclusivo de Oracle. Acciones de otras compañías vinculadas a la industria de IA, como Nvidia, AMD, Micron, Broadcom y Arm, cayeron entre 3.1% y 4.2%, presionando al índice Nasdaq. La incertidumbre refleja temores de que el auge de la IA haya derivado en una burbuja, alimentada por valoraciones elevadas y por acuerdos financieros circulares entre algunas firmas del sector, incluido OpenAI, que pese a tener una valuación de 500 mil millones de dólares aún no es rentable y proyecta compromisos de gasto superiores al billón de dólares hacia 2030.
Mientras analistas reducen sus expectativas —al menos 13 recortaron sus precios objetivo para las acciones de Oracle— otros argumentan que el gasto es inevitable para sostener la demanda. Aun así, el incremento en los CDS muestra un panorama menos optimista: el mercado percibe un riesgo creciente en el modelo de expansión acelerada financiada con deuda.