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Ciudad de México.- El consumo de alcohol continúa siendo el más extendido en México, aunque en los últimos años ha registrado una disminución, mientras que el uso de marihuana y de dispositivos electrónicos para fumar ha aumentado de forma relevante, de acuerdo con los resultados más recientes de la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2025 (ENCODAT).
Los datos fueron presentados este martes por el secretario de Salud, David Kershenobich, durante la conferencia matutina de la presidenta Claudia Sheinbaum. La encuesta, aplicada a una muestra de 19 mil 200 personas de entre 12 y 65 años, muestra cambios significativos en los patrones de consumo, con diferencias claras entre adolescentes y adultos.
En el caso de las drogas ilegales, el consumo experimental en adultos pasó de 10.6 por ciento en 2016 a 14.6 por ciento en 2025, mientras que entre adolescentes disminuyó de 6.2 a 4.1 por ciento. El uso de cannabis en la población general aumentó de 9.3 a 13.3 por ciento, y también se registraron incrementos en el consumo de alucinógenos, estimulantes tipo anfetamínico y en el uso indebido de medicamentos. El consumo de opioides, aunque todavía bajo, pasó de 0.1 a 1.4 por ciento. En contraste, el uso no médico de fentanilo se reportó como marginal.
En cuanto al alcohol, la proporción de personas que lo han consumido alguna vez en la vida aumentó, pero el consumo en el último año descendió a nivel nacional. La reducción fue más marcada entre adolescentes, donde el consumo reciente y el consumo excesivo mensual mostraron caídas significativas. El tabaco fumado también presentó una disminución general, tanto en hombres como en mujeres, aunque el uso de cigarros electrónicos aumentó más del doble en comparación con 2016.
La encuesta advierte, además, un panorama de mayor vulnerabilidad en la población adolescente en materia de salud mental. El malestar psicológico, la ideación suicida, la planificación y los intentos de suicidio se presentan con mayor frecuencia en este grupo que en la población adulta, especialmente entre mujeres adolescentes. También se reportan niveles más altos de violencia y una mayor participación en apuestas entre menores de edad.
El informe concluye que los adolescentes concentran los principales riesgos, por lo que las estrategias de salud pública se orientan a la prevención del suicidio, la violencia y el consumo problemático de sustancias, así como al monitoreo del aumento en el uso de opioides y vapeadores.